La decadencia de Occidente y la demografía


Spengler, O. (1923), La decadencia de Occidente: Espasa Calpe.

La decadencia de Occidente. Esbozo de una morfologia de la historia mundial se publica en 1918. El libro fue un best seller, batió récords de ventas en sus sucesivas ediciones y traducciones, y tuvo una influencia considerable en la filosofía y el pensamiento político de su época.

El motivo por el que interesa aquí es que la obra de Spengler en general, y este libro en particular, es una de las fuentes que más argumentos ha dado al alarmismo de la decadencia demográfica. También fue primordial en la constitución del pensamiento «demográfico» del fascismo alemán e internacional.

«Soy fascista porque he medido el avance de la decadencia en Europa. He vista en el fascismo el único medio para contener y limitar esta decadencia», escribía en 1943 Pierre Drieu La Rochelle, uno de los ideólogos del colaboracionismo francés con los nazis, obseso del natalismo y la pureza racial.

Todavía hoy es uno de los libros de cabecera de muchos pro-arios, teutonistas y defensores de la supremacía blanca y de las esencias cristianas de nuestra Europa amenazada de muerte por la inmoralidad atea y la pujanza vital del Islam (ver aquí matrices hastiadas y hembras feraces) .

En realidad es una obra «no científica» en la que el autor maneja de forma brillante la llamada a la fuerza contra la razón, las artes contra las ciencias, el vitalismo contra el intelectualismo. La veracidad importa poco, porque el irracionalismo y la exaltación de la voluntad son las actitudes que deben prevalecer en el análisis. En el libro se ventila toda la historia humana en un par de plumazos mediante una delirante teoría sobre los ciclos históricos y el carácter orgánico de las «civilizaciones» entendidas como organismos vivientes (la influencia de Darwin es clara).. En cualquier resumen online, como el de Wikipedia, encontrarás el esquema general sobre las Altas Culturas, su carácter orgánico, sus estadios desde el nacimiento a la muerte y su aplicación a la Cultura Occidental.

No es tan conocida la vinculación de Spengler a la demografía y, sin embargo, es esencial para su obra. Constantemente utiliza los comportamientos reproductivos y la natalidad como indicador de la fase en que se encuentran las civilizaciones. Por ejemplo:

«La abundancia de nacimientos en las poblaciones originales es un fenómeno natural, pues nadie se plantea su existencia y, con mayor razón, su utilidad o inconveniencia. Allí donde se introducen razones en las cuestiones vitales, la vida misma se convierte en un problema. Entonces comienza una inteligente restricción del número de nacimientos (…) En ese punto, empiezan en todas las civilizaciones el estadio multicentenario de la inquietante despoblación».

De esta manera, no es de extrañar que sea una de las referencias obligadas sobre las causas demográficas de la decadencia de la Roma imperial, una falacia que, gracias a este libro, todos los obsesos del decadentismo han podido seguir citando durante los últimos cien años. También es una autoridad para quienes buscan confirmaciones de que la urbanización de las poblaciones es una catástrofe, y conviene mantener a las personas residiendo en los primigenios y sanos entornos rurales que constituyen la cuna y la esencia de las civilizaciones. Se trata de una influencia clara del romanticismo, que había situado en lo rural y medieval el origen de las naciones, frente a la anterior tradición cultural europea, que veía en la época clásica griega y romana la cumbre de la historia europea y trataba a la Edad Media como sinónimo de periodo de declive y oscuridad.

Misógino clamoroso, las mujeres no juegan papel alguno en su concepto de cultura histórica o en su glorificación de las civilizaciones poderosas, más allá de parir y parir, cuantos más hijos mejor, sin hacer tampoco alusión alguna a lo que dura la vida de esos niños o lo que cuesta criarlos.

Otra de sus virtudes, que le hacen especialmente atractivo a la ultraderecha europeista actual, es su declarado racismo (se explaya sobre este asunto en el capítulo III: Pueblos, razas, idiomas), en el que menosprecia despectivamente la mera biología para buscar esencias espirituales e idiomáticas (de manera que la coincidencia anatómica no pueda evitar diferenciar a un judío, aunque sea idéntico a cualquier otro alemán)

Pero es que su propia teoría está claramente interrelacionada con la de los demógrafos eugenistas y natalistas de la época. Su obra, de hecho, se convertirá en un punto de referencia para la demografía fascista, por mucho que sus defensores argumenten siempre que él no tuvo ningún idilio personal con Hitler. Corrado Gini, el director de los servicios estadísticos italianos bajo el gobierno Mussolini y uno de los más importantes demógrafos del mundo en aquel momento, escribía obras claramente influidas por Spengler en las que las poblaciones eran tratadas como organismos con ciclos vitales idénticos a los de los seres vivos (Nascita evoluzione e morte delle nazioni : la teoria ciclica della popolazione e i vari sistemi di politica demografica, o todavía más claramente The cyclical rise and fall of population ).

Aún más, Spengler es el principal avalador de Richard Korherr, quien dirigiría en la Alemania nazi los servicios estadísticos de Himmler y tendría un papel central en la llamada «solución final». La tesis doctoral de Korherr, de 1926 y titulada Control de nacimientos, está dedicada a Spengler, «su inspirador». En ella se elogia la política demográfica de la Italia fascista y se vincula el descenso de la fecundidad con la decadencia europea provocada por la democracia materialista. La única alternativa era el cesarismo y el protagonismo de la sangre y la raza. Spengler le corresponderá escribiendo el prefacio a la publicación de la tesis, en 1927. Pero es que que el propio Benito Mussolini escribirá también un prefacio (¡de 17 páginas!) titulado «Il numero come forza» a la traducción al italiano de la tesis Regresso delle nascite, morte dei popoli (1928). En este prólogo Mussolini, otro natalista convencido, admite que su optimismo de 1924 era infundado (ver aquí Mussolini y la demografía). Reconoce que Italia sufre también la disminución de los nacimientos generalizada en Europa y deplora la caída del índice de natalidad de los 31,8 al 26,9 por mil entre 1920 y 1927.

La influencia de Spengler, sin embargo, traspasa los límites del fascismo, y se extiende a los natalismos y conservadurismos racistas y archinacionalistas de todo el mundo. En Francia, sin ir más lejos, inspiró  Les destin des races blanches (1935), de H. Decugis, uno de los ideólogos del racismo francés, obsesionado con la crisis de Europa y centrado en argumentos eugenistas sobre la fecundidad diferencial de las clases sociales europeas. Spengler es una guía fundamental incluso para un catalanista republicano, como J. A. Vandellós (director de los servicios estadísticos de la Generalitat antes de 1936 y obligado al exilio por la victoria franquista), especialmente en su obra Catalunya, poble decadent. Por cierto, el prólogo de Jordi Nadal a la reedición de dicha obra es absolutamente recomendable si se quiere saber más sobre la relación entre la demografía española, italiana y alemana, y sobre el papel siempre protagonista de las teorías de Spengler.

Hoy sigue siendo una referencia para quienes se oponen al pacifismo, predican la guerra como única vía frente al islamismo o el avance económico asiático, o todavía creen en la supremacía blanca frente a las «razas de color». Y, claro está, para los catastrofistas demográficos, lo sepan o no.

REFERENCIAS UTILIZADAS EN ESTE POST

  • Mussolini. B. (1928), «Il numero come forza», in Gerarchia, settembre, prefazione a R. Korherr, Regresso delle nascite morte dei popoli (Roma, 1928), ora in B. Mussolini, Opera omnia, XXIII, 209-216.
  • Decugis, H.(1935), Les destin des races blanches, Paris, Librairie de la France.
  • Richard Korherr (1927), Geburtenrückgang. Munich: Süddeutscher Verlag (tesis doctoral)
  • Gini, C. (1930), «The cyclical rise and fall of population.» en Gini, C.E.A. -Ed-, Population. Chicago: University of Chicago Press, pp. 1-140.
  • Gini, C. (1930), Nascita evoluzione e morte delle nazioni : la teoria ciclica della popolazione e i vari sistemi di politica demografica. Roma: Libreria del littorio.
  • Vandellós i Solà, J.A. (1985 -1935-), Catalunya, poble decadent. Barcelona: Edicions 62. (Incluye un prólogo de Jordi Nadal absolutamente recomendable)

SITIOS RELACIONADOS

  1. Archivos microfilmados RICHARD KORHERR: STATISTICAL REPORT ON THE FINAL SOLUTION TO THE JEWISH QUESTION en The Wiener Library
  2. Aquí una edición online en  la editorialvirtual.com
  3. Un blog como ejemplo de la pervivencia contaminante de las ideas de Spengler: LA MALDICIÓN DE SPENGLER: LA DECADENCIA DE OCCIDENTE
  4. La importancia que Mussolini le daba a la demografía para desarrollar el Estado fascista que él quería está claramente expuesta en El discurso de la Ascensión.

 La Decadencia do Occidente, en castellano en pdf (Tomo I y Tomo II)

6 comentarios en “La decadencia de Occidente y la demografía”

  1. Opino que en demografia a largo plazo lo unico que cuenta son los nacimientos, Los siglos XIX y XX han sido de migraciones, hay que tener eso en cuenta, Tambien el reemplazo de unas razas por otras distorsionan los numeros nacionales, Spengler no se equivoco, tuvo razón y la tiene aun, Los antibioticos han ayudado a todos los pueblos a mantener sus vidas mas tiempo, pero porcentualmente los no blancos aumentan mas rapidamente sus numeros, o sea: sus nacimientos, Es algo que, como dice Spengler, se debe a la mentalidad occidental, el pensar los nacimientos, en cambio en africa no reflexionan sobre los nacimientos, y no poseen los metodos de evitar nacimientos ni los buscan, Occidente se esta suicidando demograficamente, Francia sera habitada por negros en 100 años, mientras los blancos se van extinguiendo,

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    1. Tu correo es hitler6620@yahoo.com y sigues tragándote la eterna milonga sobre las razas y la decadencia (ya no creen en las razas ni los biólogos). Pero no tienes ningún conocimiento sobre demografía. Ojalá este blog te sirva y con el tiempo puedas fundamentar tus opiniones en algo más que doctrinas, ya que parece interesarte el tema.

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