Hace dos semanas recogí aquí la emisión de «Redes», un conocido programa de divulgación científica presentado por Eduard Punset. El programa estaba dedicado a los cambios históricos en la esperanza de vida, y su protagonista principal era James Vaupel.
(ver el post La esperanza de vida y James Vaupel en el programa “Redes”)
Mi amigo Juan Antonio Fernández Cordón, uno de los más prestigiosos demógrafos españoles, añadió ayer un comentario, que aprobé inmediatamente y que, dado su interés y la relevancia del autor, he decidido publicar como entrada independiente del blog:
Comentario al programa «Claves para aumentar la esperanza de vida»
Gracias a Julio por ofrecer una vía de acceso a cosas muy interesantes sobre demografía y en general. He visionado la entrevista de J. Vaupel por E. Punset y salgo bastante espantado. No me voy a referir a ciertos ardides como el tono de voz y el uso de adjetivos hiperbólicos que nos sitúan en un mundo mágico, abierto a un futuro inacabable de luz, en contacto solo con lo esencial, desprovisto de ataduras terrenales, entre ellas la realidad que nos circunda. Quiero solo llamar la atención sobre algunas cosas que se dicen en esa entrevista, importantes para las tesis que en ella se defienden y absolutamente erróneas o muy discutibles.
1) Empecemos por esta: “el siglo XX ha sido el siglo del reparto de la riqueza, el siglo XXI será el del reparto del tiempo”. El siglo pasado NO ha sido el de la marcha hacia una mayor igualdad sino el de la concentración de riqueza en cada vez menos manos, como lo sigue siendo el que acaba de empezar (ver las cifras de enriquecimiento del 1% más rico en EEUU en los últimos treinta años). Y es dudoso que el siglo en que estamos sea el del reparto del tiempo, o mucho tendrían que cambiar las cosas. La forma de repartir el trabajo del capitalismo dominante es el aumento simultáneo del paro y de las horas extraordinarias. Aconsejo seguir la historia del intento fallido de reducir la semana a 35h que inició M. Aubry y que enterró definitivamente Sarkozy. ¿Hay algo que indique que vamos hacia otra cosa? Si yo tuviera que hacer un pronóstico (que sería al menos tan válido como el de Vaupel) diría que el siglo XXI será el de la concentración del tiempo: unos trabajarán mucho y otros picarán de aquí y de allá en tareas precarias y mal pagadas. El modelo de desigualdad creciente es mucho más probable que el otro, a la vista de la evolución actual, fácilmente observable.
2) “Los niños nacidos después del 2000 llegarán a 100 años.” Vaupel, prudentemente, añade la condición: si el ritmo de crecimiento reciente se prolonga en el futuro (algo que olvida el divulgador). Pero esto es la clave de la profecia: ¿qué nos puede hacer pensar que seguirá la tendencia?. Nuestra sociedad se acerca día a día a lo peor de Estados Unidos, un país en el que la esperanza de vida es claramente inferior a la nuestra. Hay países, como Rusia, donde el capitalismo triunfante ha traído junto a la “libertad” mucha miseria y una disminución de la esperanza de vida. ¿Donde está el futuro de un país como el nuestro en el que se va destruyendo la sanidad pública, rebajando los salarios y empobreciendo a los pensionistas? Que cada uno haga sus cábalas.
3) En este camino hacia la felicidad “no solo viviremos más sino que el envejecimiento individual se irá retrasando”. No lo sé. El futuro no es algo que está ahí, que se puede contemplar descorriendo el velo que lo cubre, tarea de los científicos. Es algo que se construye y por tanto debemos preguntarnos si estamos construyendo ese futuro u otro muy distinto. La sanidad pública para todos ha sido la gran responsable de los progresos realizados. Nos cuidan mejor y más pronto, aunque no tengamos con qué pagarlo. ¿Quién se atrevería a prever que eso va a seguir así en la Europa futura? Hay actualmente más de 40 millones de americanos que no tienen asegurada la asistencia médica y algunos millones más que la tienen con condiciones. Cuantos estaremos (estarán) en España o en Grecia sometidos a esa misma situación dentro de 20 años?
NO vivimos en un mundo feliz. Vivimos en un mundo de desigualdad creciente, en el que a los jóvenes y a los más débiles se les expulsa de la famosa mesa del banquete de Malthus que, por cierto, si levantara la cabeza la volvería a reposar, satisfecho de un espectáculo que tanto se parece a sus predicciones: acceso a la riqueza limitado a unos pocos, jóvenes practicando la continencia (al estilo moderno, con preservativo pero sin hijos) y tal vez, en un futuro no muy lejano, la muerte con su guadaña poniendo orden a la proliferación de parados y de pobres.
Lo falaz de este tipo de mensaje, el de la entrevista, es que parece situarse implícitamente en un mundo sin conflictos, en el que el único problema es ser capaces de imaginar respuestas nuevas frente a los cambios científicos, económicos o sociales, para lo cual están los sabios. Ojalá fuese así.
Juan Antonio Fernández Cordón
pues yo discrepo de la discrepancia: las puntualizaciones de Fernández Cordón me parecen tan discutibles (no más pero tampoco menos) como las del programa, con la diferencia de que son, en mi opinión, exageradamente catastrofistas y oportunistamente politizadas. Eso sí, tratándose de lo que nos depara el futuro, que cada uno crea lo que quiera.
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Un buen análisis del contenido del programa, pemítame señor Fenández Cordón añadir un asunto más al mismo y es :
– Hacia dónde camina la formación ( que no información) educativa de las sociedades modernas nos puede dar una idea de lo que nos espera en un futuro a medio plazo, mediocridad intelectual sumada a un exceso de información manipulada por intereses concretos, ya el programa » Redes» es un claro ejemplo de dicha tendencia, discursos «solemnementes disfrazados» de divulgación científica de, pemítame, cultura de «garrafón».
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Impresionantes consideraciones de F.Cordón. Pueden parecer catastrofistas pero tristemente formulan un diagnóstico realista por lo que se està viendo.
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Estoy muy de acuerdo con el comentario de Juan Antonio Fernández. A pesar de que parece ser que las diferencias entre izquierda y derecha han desaparecido ya, según, curiosamente, algunos pensadores conservadores, creo que el enfoque de Juan Antonio es progresista y el del programa de televisión de Punset no lo es. Además, si tenia alguna credibilidad científica, que puede ser, el día que vi su anuncio de pan de molde en la televisión creo que perdió mucha. Respeto que cada cual se gane la vida como pueda, pero a veces hay cosas bastante incompatibles y no puede ser que el dinero lo consiga todo y, con ello, corrompa sin límites.Educando para el consumo y no para el espíritu crítico y solidario nos va a seguir yendo muy mal…
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Gracias.
Interesante.
Si nosotros «esquivamos» indicadores ¿Qué queda para quienes tienen menos posibilidades de acceso a «referencias»?.
¿Será por eso que en nuestros países del «sur» se recurre frecuentemente a métodos menos científicos de «adivinación»?. Interesante . . .
Sin creer que es la panacea, (aunque, honestamente, congenio con la idea) pareciera que mayor intención de construcción de «cultura estadística» en la ciudadania, podría ayudar a fortalecer la «lectura» de estos temas desde un espacio reflexivo, analítico (como este), a cualquier ciudadano . . . y sumar, en la ardua tarea de advertir «tramoyas».
Saludos.
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Creo que las afirmaciones de Juan Antonio Fernández Cordón se quedan cortas. Independientemente del respeto al programa de Punset, creo que tiene una base divulgativa, difícil de entender. Sobre todo lo «raro» es que haciendo la defensa de lo privado que caracteriza al señor Punset, no comprendo como su programa no lo incorpora en su programación ninguna tv privada.
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