Ejercicio 8. Edad y generación en la nupcialidad


Enunciado:

La soltería (proporción de personas que nunca han contraído matrimonio) es un indicador sencillo de la nupcialidad que se ha tenido antes de la edad estudiada. En demografía es especialmente importante la soltería que todavía tiene cada generación femenina cuando ya ha cumplido los 50 años, porque  la fecundidad está muy directamente asociada al matrimonio previo, y porque después de los 50 años de edad ya apenas se tienen hijos.

En este ejercicio vamos a estudiar la evolución de la soltería en Asturias, y disponemos para ello de las proporciones de mujeres solteras, por intervalos quinquenales de edad, correspondientes a tres momentos diferentes. Con tales datos debe hacerse lo siguiente

a) Representar gráficamente las tres series, y comentar las curvas resultantes,
b) interpretando los datos del Censo de 1981 como si fuesen del 31 de diciembre de 1980, situar en un diagrama de Lexis los datos de la tabla,
c) Resituar tales datos en una tabla nueva por edad y generación, y representar gráficamente los datos en esa nueva configuración
d) Comentar la evolución de la soltería por generaciones y analizar las diferencias detectadas respecto a las curvas de momento

***

Solución:

a) Aunque lo más habitual para representar proporciones sea el gráfico de columnas, el hecho de tener tres series de datos hace recomendable representarlos en forma de líneas.

El resulado muestra una clara relación entre la soltería y la edad, al menos entre los 15 y los 40, que muestran proporciones prácticamente idénticas en los tres momentos. Lógicamente, entre 15 y 19 años las casadas son minoría, pero la proporción de solteras disminuye muy rápidamente hasta los 25-29 y sigue haciéndolo con menor intensidad hasta alcanzar mínimos hacia los 40-44.

Sin embargo la relación con la edad no es perfecta: en las edades mayores las proporciones son superiores también en los tres momentos, aunque puede observarse una atenuación progresiva. En 1970 la soltería llega a ser del 25% pasados los 65 años, mientras que en 1975 y 1981 es cada vez menor.

En cualquier caso, la mayor soltería de las mujeres mayores no puede atribuirse a la edad, porque nadie vuelve a ser soltero una vez ha dejado de serlo. El resto del ejercicio permitirá aclararlo.

b) Situar los datos de la tabla en el diagrama de Lexis implica, simplemente, asignar la proporción de solteras al tramo de edad correspondiente en la línea transversal que marca cada uno de los tres instantes sobre los que tenemos la información. La utilidad de este paso es que permite contemplar directamente a qué generaciones corresponden los datos representados, sólo con trazar las líneas diagonales hasta la base de la cuadrícula.

El único motivo de error en esta parte del ejercicio es que resulta habitual no reparar en que la fecha de referencia de los datos es el 31 de diciembre de cada año, no el 1 de enero. Por lo tanto hay que estar atentos al lugar del diagrama donde se trazan las tres líneas verticales.

Así, las generaciones más antiguas son las que tenían 70-74 años el 31/12/ 1970 o, lo que es lo mismo, el 1/1/71. Tales generaciones son las nacidas en los años 1896-1900, y las más recientes son las 1961-9165.

c) Los datos, reorganizados por generaciones, forman esta nueva tabla

La gráfica que resulta de adoptar una óptica generacional con los mismos datos sólo permite dibujar líneas de tres puntos para cada generación, pero aclara sustancialmente los interrogantes que planteaba la primera:

d) En primer lugar, el descenso de la proporción de solteras en las primeras edades sigue apareciendo como un fenómeno asociado a la edad.

En cambio, la falsa impresión de que pasados los 50 años la proporción vuelve a aumentar desaparece ahora. En prácticamente todas las generaciones y edades se observa la lógica menor soltería cuanto mayor es la edad. El espejismo inicial tenía causas generacionales: cuanto más recientes son éstas, menos solteras tienen en un mismo intervalo de edad. El ejemplo del intervalo de edad 60-64 es especialmente evidente, con una proporción de 204 por mil en las generaciones 1906-1910 y, en cambio, 140 por mil en las generaciones nacidas diez años después. Puede concluirse, por tanto, que la soltería ha ido en descenso en las generaciones nacidas, al menos, en la primera mitad del siglo.

Pese a todo en las generaciones 196-1915 sigue observándose un ligero aumento de la proporción de solteras que sólo puede explicarse por la sobremortalidad de los otros estados civiles o por tendencias migratorias diferenciadas (mayor inmigración de solteras o emigración del resto), sin que la naturaleza de los datos que se manejan permita pronunciarse claramente al respecto.

Deja un comentario

Julio Pérez Díaz, CSIC. Estudios de población y análisis demográfico