Natalismo


El natalismo es una doctrina que propugna medidas políticas para conseguir una mayor natalidad, generalmente porque el volumen poblacional existente o el que se prevé en el futuro inmediato se consideran insuficientes. Habitualmente asociado al ultranacionalismo y al militarismo, tuvo una edad de oro en las primeras décadas del siglo XX, especialmente en los años treinta, pero quedó muy desprestigiado al llegar la segunda mitad del siglo. Su fracaso en términos prácticos, la evidencia de que las guerras ya no se ganan por el volumen de soldados, el inesperado baby boom de los años 50 y 60, y la preocupación internacional por el acelerado crecimiento de la población mundial llevaron a concepciones muy diferentes de la política demográfica adecuada (véase aquí el maltusianismo, el opuesto y enemigo del natalismo).

Sin embargo el las últimas décadas el natalismo experimenta una evidente recuperación, de la mano del creciente conservadurismo internacional y del resurgir de los discursos ultranacionalistas, al que se suma la tradicional oposición al aborto, los anticonceptivos o la igualación de la mujer por parte de algunas de las más importantes confesiones religiosas.

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El natalismo ha sido tradicionalmente nacionalista, pretendiendo que nazcan más de «los nuestros». Entonces puede ir acompañado de medidas para evitar la excesiva natalidad de «los otros», y se aproxima así al eugenismo si la identidad colectiva de unos u otros se vincula a la herencia y a la «sangre».

Suele también ir acompañado de medidas para restringir la inmigración, lo que evidencia que no es el simple incremento de la población lo que se pretende. Por extraño que parezca, puede incluso aliarse con el maltusianismo, para argumentar que el mundo ajeno, «los otros», tienen una natalidad excesiva que hay que controlar o reducir, mientras que el mundo propio, «nosotros», tenemos el problema contrario y conviene aumentarla.

Es frecuente la conjunción entre los idearios de la extrema derecha o del fundamentalismo religioso, culturalmente esencialistas y xenófobos, y las ideas natalistas, antiabortistas y antiinmigratorias. Un buen ejemplo puede observarse en el ideario del Frente Nacional francés. Encontrarás una página específica sobre el natalismo francés en esta web. También la extrema derecha italiana nos sigue proporcionando ejemplos de esta conjunción entre natalismo y xenofobia (véase aquí la propuesta natalista de Casapound Italia)

Otra justificación tradicional del natalismo es que resulta necesario para contrarrestar la amenaza del envejecimiento demográfico. La vinculación ideológica es evidente si se rastrean los propios orígenes de la expresión «envejecimiento demográfico»  (los motivos de que la modernidad demográfica vaya asociada a una pirámide con más peso de los mayores puedes leerlos en un artículo propio en Investigación y Ciencia, y se entienden en el contexto de la Teoría de la Revolución Reproductiva).

En las últimas décadas la mundialización informativa ha extendido los idearios natalistas a escala planetaria, aunque sus ideólogos de más edad siguen siendo los mismos. En especial algunas creencias religiosas y familistas están evolucionando hacia discursos sumamente catastrofistas y antimaltusianos sobre el futuro de la humanidad, casi una imagen inversa de los catastrofismos sobre la explosión demográfica. Ni el impacto medioambiental de la sobrepoblación, ni el problema que pueda suponer para el desarrollo, ni siquiera los problemas de salud y de extensión de epidemias como el VIH parecen relevantes a estos sectores empeñados en detener la «grave amenaza» de un mundo con pocos niños y con muchos viejos (ver aquí «El Suicidio demográfico de España»). Un buen ejemplo de propaganda actual de esas ideas puede encontrarse en dos documentales, realmente delirantes y lacrimógenos, pero de gran calidad técnica y apoyados en figuras tan relevantes como el premio Novel de economía, Gary Becker:

Demographic Winter. Ejemplo inmejorable de documental de factura impecable y colaboraciones de alto nivel académico, puestos al servicio de la más burda demonización del envejecimiento demográfico.

Demographic Bomb. Continuación del anterior, esta vez para convencernos de que nos aguarda un futuro de implosión, despoblación mundial y catástrofe equiparable a la caída del imperio romano, si no conseguimos volver a las familias tradicionales y a una natalidad más alta.

Qué leer

 


Música en ApdD: Toitico Bien Empacao! – Katie James

3 comentarios en “Natalismo”

  1. Felicidades por el blog: da gusto leerlo.
    Di con la página por casualidad y desde entonces cada vez me interesa más la demografía. De hecho, reparo en noticias que antes me habrían pasado desapercibidas o que seguramente no hubiese acertado a interpretar bien. Esta tarde me ha ocurrido con un político que grosso modo achaca la supuesta decadencia intelectual de Alemania a los índices de natalidad.
    http://www.prospectmagazine.co.uk/2010/11/thilo-sarrazin-germany-immigration-multiculturalism-review/

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Julio Pérez Díaz, CSIC. Estudios de población y análisis demográfico