El natalismo en Francia


Francia es el país natalista por antonomasia. El descenso de su fecundidad es muy precoz (se inicia prácticamente tras la revolución de 1789) y pronto aparecieron voces que, desde asociaciones familiares, cuadros medios de la administración, profesiones liberales u órganos estadísticos, veian esa evolución como un peligroso desarme nacional. De las ideas se pasó a los grupos y asociaciones con objetivos políticos, y pronto fue el Estado francés el que adoptó medidas natalistas, muchas de las cuales perduran hasta hoy.

En realidad ya se habían aprobado leyes natalistas mucho antes en forma de edictos reales. Los reyes franceses llevaban más de un siglo promoviendo el matrimonio y las grandes descendencias

Pero fueron los miedos provocados por la revolución francesa, el rápido descenso de la fecundidad posterior, y el cerco militar de las monarquías absolutas colindantes, los que configuraron una visión de la política demográfica patriótica que perdura hasta el siglo XX.

Los orígenes y L’Alliance nationale pour l’acroissement de la population française

En 1850 M. Raudot, diputado por Lyon de la Asamblea Legislativa francesa, publicó «De la Décadence de la France«, libro de éxito, con varias ediciones. En él ya estaba diáfanemente dibujado el tópico decadentista ligado al declive demográfico, que tan de moda se puso en toda Europa, culminando en La Decadencia de Occidente de Oswald Spengler (1918), libro de culto para la ultraderecha europea actual. El libro completo de Raudot lo tienes online:

No es pues extraño que ya en 1896 se fundase la «Alliance nouvelle contre la dépopulation», que se convertiría más tarde en «L’Alliance nationale pour l’acroissement de la population française». Es la primera asociación familiar de envergadura. La iniciativa corresponde al médico y estadístico J. Bertillon (junto a André Honnorat y Charles Richet) y perdura hasta nuestros días. Su objetivo al fundarse es «alerter l’opinión et les pouvoirs publics sur les risques que la dénatalité fait courir à la societé française» (alertar a la opinión y los poderes públicos sobre los riesgos que la desnatalidad hace correr a la sociedad francesa). Empieza por proponer desgravaciones fiscales y en el equipamiento doméstico para las familias numerosas, pero se convierte pronto en un importante grupo de presión, y en 1923 el parlamento le otorga la consideración de entidad «de interés público».

  • Thébaud, F. (1985), «Le Mouvement nataliste dans la France de l’entre-deux-guerres: l’Alliance nationale pour l’accroissement de la population française», publicado en Revue d’histoire moderne et contemporaine, 32 276-301
  • Koos, C.A. (1996), «Gender, Anti-Individualism, and Nationalism: The Alliance Nationale and the Pronatalist Backlash against the Femme Moderne, 1933-1940». French Historical Studies  19 (3): 699-723. (pdf en Jstore)
  • Recomiendo encarecidamente echar un vistazo, aunque sólo sea a la introducción: Jaques Bertillon (1911) La Dépopulation de la France. Ses Conséquences – Ses Causes – Mesures à prendre pour la combattre. Paris, Librairie Félix Alcan.

Uno de los dudosos honores que probablemente hay que atribuir al natalismo francés y a L’Alliance es la creación de una especial versión de alarmismo demográfico: el que considera negativo el cambio en la estructura por edades que se asocia con los procesos de modernización demográfica. Es probable incluso que sea de este entorno de donde surge la denominación «envejecimiento demográfico» para dicho cambio en la pirámide de población. He elaborado una página en esta web sobre los orígenes de este tendencioso concepto, que ha acabado por impregnar de prejuicios buena parte de la visión actual sobre la modernización demográfica: Origen de la expresión «Envejecimiento demográfico»

«No seamos unos vejestorios. Trabajemos por la Repoblación»

La primera guerra mundial y el natalismo

El pensamiento demográfico de principios de siglo está directamente ligado al pensamiento e intereses de los Estados nacionales modernos, nacidos con las revoluciones burguesas del XIX. Sus protagonistas forman parte de las élites políticas del momento. Hay que imaginar una época en la que los imperios europeos han acabado por dominar todo el planeta gracias al modelo de desarrollo industrial (muy expansivo por su necesidad de mercados amplios y materias primas abundantes), pero ya no pueden expandirse o crear imperios nuevos sin entrar en colisión, con la consiguiente inestabilidad internacional. Hay que imaginar también una época en que las clases trabajadoras emergen como nuevo protagonista político, minando el monopolio del Estado que tienen las clases burguesas liberales (incluída la toma directa del poder, como en Rusia en 1917). Los gobernantes se ven amenazados fuera y dentro de sus fronteras, y sus adeptos explican los peligros en términos sociológicos y demográficos que permitan políticas preventivas. El darwinismo y la reciente teoría de la evolución deslumbran a estos intelectuales, y las analogías organicistas y biologistas se adueñan del pensamiento político. Se habla de «decadencia», «degeneración» o «regeneracionismo», y las poblaciones son vistas por los propios demógrafos de la época como entes orgánicos que pueden entrar en un proceso de senescencia y muerte frente a la «pujanza vital» de las «naciones jóvenes» (ver post sobre «La decadencia de Occidente» y sobre el degeneracionismo). Es esta la época en que la demografía irrumpe finalmente como disciplina, gracias al ingente apoyo y financiación de los estados nacionales, y con el objetivo de asesorar y diseñar políticas de población que remedien las amenazas detectadas.

Por supuesto, el terreno militar resulta un lugar privilegiado para estas analogías, y la demografía francesa observa el descenso de la fecundidad como un signo de decadencia pero también como una grave debilidad militar. Especialmente grave es la amenaza de una Alemania recién constituida, «joven», con efectivos militares superiores y mayor natalidad con que acrecentarlos en el futuro. Todos estos temores sobre la decadencia y el debilitamiento demográfico se vieron reforzados por la primera guerra mundial.

La extensión del modelo de Estado europeo, nacional, industrial, colonial, conduce irremisiblemente al enfrentamiento. En la primera guerra mundial las obsoletas estrategias militares todavía otorgan un papel fundamental al poder «numérico», de manera que la baja natalidad francesa es vista como un problema para la supervivencia de la nación. De hecho, durante décadas, la demografía oficial francesa ha interpretado su tarea como una misión patriótica cuyo principal objetivo, inseparable de los objetivos teóricos o científicos, era conseguir una mayor natalidad.

Un peculiar género gráfico sirve para ilustrar este vínculo entre el natalismo y la defensa nacional, incluso a nivel popular. Durante la guerra se hizo común que las postales intercambiadas por los soldados y sus allegados tuviesen motivos patrióticos y moralizantes. Miles y miles de postales tuvieron por tema el vínculo entre la victoria militar y el cumplimiento del deber patriótico a través del matrimonio y la procreación. Marie M. Huss ha estudiado este fenómeno, y las postales siguientes constituyen un ejemplo entre las que ella presenta:

  • Huss, M.M. (1989), Pronatalism and the popular ideology of the child in wartime France: The evidence of the picture postcard. En Wall, R., Winter, J.M., (Eds), The Upheaval of War, Family, Work and Welfare in Europe, 1914-1918. Cambridge: Cambridge University Press. (consultable en Google Books).
Un buen golpe de bayoneta
Una de mis preferidas (estoy convencido de que hará  las delicias de cualquier psicoanalista).
Puedes ver muchas otras de estas imágenes en las postales natalistas francesas en la I guerra mundial
 

Ver también:


La consagración del natalismo estatal

El fin de la guerra no disipó los miedos demográficos, en el periodo entre guerras aumentaron si cabe. Resulta significativa la afirmación del primer ministro durante las reuniones preparatorias, en 1919, del tratado que pone fin a la guerra:

El tratado no dice que Francia deba empeñarse en tener hijos, pero es la primera cosa que habría debido aparecer. Porque, si Francia vuelve la espalda a las familias numerosas, pueden incluirse todas las cláusulas posibles en el tratado, pueden requisarse todos los fusiles de Alemania, puede hacerse todo lo que se quiera, Francia estará perdida porque no habrá bastantes franceses.

Es esta la época en que la demografía francesa conseguirá situarse entre las más avanzadas, alcanzando un peso político difícilmente superable en otros países. En 1920 un decreto de J.L. Breton, ministro de asistencia y previsión social, crea el Alto Consejo de la Natalidad (Conseil Supérieur de la Natalité). Sus objetivos son elevar la natalidad, desarrollar la puericultura y proteger las familias numerosas. Queda encargado de preparar los proyectos de ley y decretos necesarios. Ese mismo año se instituye la «medalla de la família francesa».

El mismo año se promulgan las primeras medidas natalistas, siguiendo las recomendaciones del Alto Consejo. Se trata de leyes de caracter represivo, orientadas hacia el doble objetivo de prevenir la contracepción y castigar el aborto. Contemplan multas y penas de prisión para quienes divulguen o falciliten la anticoncepción. Las leyes sobre el aborto derivan de un código penal ocho años anterior, que preve de cinco a diez años de reclusión para la mujer que aborte y para la persona que realice la operación; si el aborto es realizado por médico, farmacéutico o cualquier otro trabajador del sector sanitario, las penas se incrementan hasta veinte años de trabajos forzados e incluyen el traslado a colonias de castigo (pese a tales leyes, el número de causas abiertas fue reducido, y el de condenas aún más, al parecer por la falta de disposición favorable del colectivo judicial. Tres años más tarde se reducirán las penas por estos conceptos).

En 1939 el gobierno Daladier aprueba el «Code de la famille«, un decreto-ley de una amplitud sin precedentes: mantiene la prohibición del aborto y la venta de anticonceptivos, a la vez que introduce una nueva política de beneficios económicos a la maternidad (asignaciones familiares a los dos o más hijos y «salario único» para las madres dedicadas a ellos). Es obra del Haut Comité de la Population, creado en febrero, al día siguiente de la humillación de Munich y altamente influido por la amenaza alemana. Compuesto por Adolphe Landry, Fernand Boverat y Jacques Doublet, prácticamente un producto de la «Alliance nationale pour l’accroissement de la population française», tiene una orientación claramente demográfica. Una familia con cuatro hijos recibe el equivalente al 49% del salario mínimo en el departamento de residencia, con un 10% adicional para la «mère au foyer» (aquella que permanece en el hogar al cuidado de los hijos) en las áreas urbanas. Se conceden préstamos libres de intereses a las parejas jóvenes del sector agrario, en un intento de detener el éxodo a las ciudades, menos fecundas que las áreas rurales.

Sobre el Código de la Familia:


 

Hervé Le Bras y su crítica al natalismo en la demografía francesa

Un autor que ha criticado de forma bien documentada el natalismo francés, vinculándolo al conservadurismo político e incluso a la extrema derecha es Hervé Le Bras. Este autor llegó a criticar la propia línea oficial del INED, en el que era funcionario, lo que produjo un debate público sumamente esclarecedor con el director de dicha institución, Gerard Calot.

Véase en este blog La disputa Le Brass – Calot

Este enfrentamiento se saldó con una auténtica campaña de desprestigio institucional contra Le Bras, a la que respondió de acuerdo con sus propios medios; publicando un libro sobre la obsesión natalista francesa y, seis años más tarde, otro sobre la vinculación de la demografía con la derecha del país. Ambos resultan sumamente recomendables:

  • Le Bras, H. (1992), Marianne et les lapins: l’obsesion démographique, Paris, Olivier Orban
  • Le Bras, H. (1998), Le démon des origines. Démographie et extrême droite, Aubenas, Éditions de l’Aube

pero, a título introductorio, puede encontrarse en internet el siguiente artículo:

La política familiar en Francia

Puede encontrarse una visión panorámica sobre las distintas medidas políticas emprendidas en Francia en relación a la familia, distinguiendo las instituciones que las ponen en práctica, en el siguiente documento:

Otras pistas

3 comentarios en “El natalismo en Francia”

  1. A QUIEN ME PUEDA AYUDAR:
    ME PODRIAN DAR ESTOS DATOs? como controlan en fancia el crecimiento de la poblacion?

    la situacion economica actual

    y si me pueden describir sus servicios (agua ,seguridad etc) se los agradeceria!

    MUCHAS GRACIAS !

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Julio Pérez Díaz, CSIC. Estudios de población y análisis demográfico