Malthus


T.R. Malthus (1766-1834)

*

Malthus es el nombre que más suena en demografía.

Se le menciona en los libros de texto y en los manuales de teoría económica; tanto Darwin como Wallace le señalaron como una de las influencias que les llevaron a concebir la teoría de la evolución de las especies; Karl Marx polemizaría agriamente con sus ideas años después, y todo el pensamiento que ha fundamentado el movimiento a favor de la planificación familiar y el control de la natalidad durante el siglo XX ha sido llamada «neomaltusianismo».

Todo por un libro, el «Essay on the Principle of Population as it affects the Future Improvement of Society» (Ensayo sobre el Principio de la población tal como afecta al futuro progreso de la Sociedad), de 1798. Lo paradójico de tanta repercusión «demográfica» es que no se trata de una obra técnica, prácticamente no incluye ideas nuevas, no utiliza apenas análisis demográfico y sus afirmaciones más relevantes prácticamente no tiene fundamento empírico. Sin embargo fue un éxito editorial al poco de ver la luz, tan comentado y debatido que, desde 1803 hasta 1830 Malthus produjo seis ediciones más, en las que incluyó cada vez más argumentos y datos empíricos, convirtiéndola en una obra voluminosa. El verdadero motivo de tanta resonancia es que, al ser publicada, constituía una obra de absoluta actualidad y relevancia política.

El fantasma maltusiano, la sobrepoblación

El contexto político al que responde la obra de Malthus y que tanto éxito editorial le va a suponer es, en el ámbito del imperio británico, el debate público en torno a las «políticas sociales» tanto en las islas como en las colonias y, en el contexto europeo, el reciente estallido de la revolución francesa (1789). Ambos forman parte de proceso histórico de largo alcance, por el cual capas sociales cada vez más amplias están aumentando su protagonismo y su peso en las decisiones públicas. Malthus, en esta disputa, tiene claro su lugar. Es conservador en el sentido más genuino, y escribe un libro para demostrar a todo el mundo que las ideas que impulsan el cambio político son un error criminal.

En particular Malthus venía manteniendo una disputa intelectual con algunos ilustrados acerca del futuro humano. El iluminismo, el racionalismo, la ilustración, eran el fundamento de un esperanzado modo de entender la capacidad de la humanidad para progresar y para extender y democratizar tales mejoras, y alcanzar más altas cotas de felicidad y de justicia. En la base de tan atractivas ideas resultaba fácilmente visible una confianza en la igualdad, la bondad y la racionalidad de los seres humanos que a Malthus le parecía irresponsable, característica de la frivolidad del pensamiento francés frente al rigor del británico. Y el Ensayo fue su respuesta:


 

El más citado en demografía

Resumen del «Ensayo sobre la población»

(a partir de la edición de 1984 en  Alianza Editorial)

El Ensayo adopta la forma característica de las obras científicas del momento. La vanguardia intelectual de esa época está convencida de que, partiendo de algunos axiomas indiscutibles, pueden deducirse lógicamente enunciados que describen fielmente la realidad.

Con gran rigor, Malthus sintetiza tanto sus propósitos como sus argumentos desde el principio, en un capítulo inicial. Tras exponer sus primeros contactos con el perfectibilismo y el modo en que le empieza a suscitar dudas, acaba haciendo una declaración explícita contra tales ideas y anuncia que va a demostrar su falsedad. Y ahí empieza su argumentación “lógica”. En este caso, se proponen dos postulados básicos:

  • – “Primero: el alimento es necesario a la existencia del hombre”
  • – “Segundo: la pasión entre los sexos es necesaria y se mantendrá prácticamente en su estado actual”

Inmediatamente después añade lo que podría considerarse un postulado adicional, a saber, que

  • – Los dos postulados básicos son intemporales y seguirán teniendo vigencia siempre, y que
  • – “…la capacidad de crecimiento de la población es infinitamente mayor que la capacidad de la tierra para producir alimentos para el hombre”.

Una vez sentadas las bases Malthus empieza a extraer deducciones supuestamente derivadas por pura lógica:

“Esto implica que la dificultad de la subsistencia ejerza sobre la fuerza del crecimiento de la población una fuerte y constante presión restrictiva”.

Y no hay remedio. El “exceso” genésico comparativo respecto al carácter limitado de los alimentos es común a la reproducción de toda vida, animal o vegetal, y el inexorable equilibrio se traduce en derroche de simientes o en enfermedad y muerte (y también en miseria y vicio, en el caso de los seres humanos).

Y por fin llega la conclusión incuestionable que Malthus está buscando desde el principio para oponerse al “irresponsable” optimismo ilustrado:

“Esta natural desigualdad entre las dos fuerzas de la población y de la producción en la tierra, y aquella gran ley de nuestra naturaleza, en virtud de la cual los  efectos de estas fuerzas se mantienen constantemente nivelados, constituyen la gran dificultad, a mi entender insuperable, en el camino de la perfectibilidad de la sociedad…”. “… si las premisas son justas, el argumento contra la perfectibilidad de la masa de la humanidad es terminante”.

Y así termina el primer capítulo, anunciando que en los siguientes va a desarrollar mejor tales ideas y a aportar datos empíricos que las corroboren. En realidad, en menos de diez páginas puede encontrarse el núcleo del Ensayo admirablemente bien resumido y expresado, de manera que recomiendo a cualquiera la lectura directa de estas escasas páginas en cualquiera de las muchísimas ediciones que ha tenido la obra.

***


notas:

La tendencia del ser humano a multiplicarse indefinidamente tiene según Maltus dos tipos de frenos:

  • positivos (enfermedad, muerte y miseria)
  • preventivos (restricción moral, que incluye la abstinencia y el retraso del matrimonio)

De 1803 a 1830 aparecen otras seis ediciones, cada vez con más páginas y más datos empíricos.

En todas coexisten, con distinto balance sobre su respectiva relevancia, dos perspectivas distintas sobre los frenos y su papel en el principio de la población:

  • -una dura o biológica, que destaca los frenos positivos
  • -otra blanda o sociológica, en la que priman los preventivos.No obstante, los historiadores han asociado habitualmente la primera al primer Ensayo, y las blandas a las siguientes versiones.

Una muestra de que se mantiene vigente la versión dura en posteriores ediciones es el pasaje añadido del “banquete de la naturaleza”:

“Un hombre que nace en un mundo que ya ha sido apropiado, si no puede obtener alimentos de sus padres, a los cuales puede justamente demandarlos, y si la sociedad no necesita su trabajo, no tiene ningún derecho a la menor porción de alimento y, en realidad, no debe estar donde está. En el gran banquete de la Naturaleza, no hay cubierto vacante para él, Ella le ordena que se vaya”

Citado en Beltrán, Lucas (1993) Historia de las doctrinas económicas. Barcelona: Teide (3º edición): 113.

Hay un sustrato ideológico, presente en todas las ediciones, que naturaliza las causas de la pobreza. Es lo que Sombart llamó la “doctrina naturalista”, o lo que otros denominan “biologismo”. Algunos creen que se trata sólo de pasajes aislados, motivados por la disputa con Woldwin y Condorcet, pero para la mayoría no sólo reflejan realmente el sustrato ideológico de Malthus, sino que son también buena parte del motivo del impacto del Ensayo, por lo mucho que convienen a gobernantes y clases acomodadas. En definitiva, los responsables de su propia desgracia son los pobres, en un contexto de debate político de doble ámbito:
– La ley de pobres
– La gestión colonial de la India y leyes benéficas similares también en ellas

***

También puede leerse a Malthus en clave de conflicto entre Gran Bretaña y Francia (librecambismo-racionalismo) (producción-clases) (industrialización-burguesía) (moralidad de los actores económicos – moralidad de los actores políticos)

Biblio:

  • Canales Cerón, A. (2001), Discurso demográfico y posmodernidad. Una revisión crítica del pensamiento malthusianoEstudios sociológicos  19 (56): 381-417.
  • Collantes Gutiérrez, F. (2001), «Robert Malthus: un economista político convertido en demógrafo por aclamación popular», presentada en VII Congreso de la Asociación de Historia Económica, Zaragoza, 19-21 de septiembre.
  • Wrigley, E. A. (1988), «Elegance and Experience: Malthus at the Bar of History», incluido en David Coleman y Roger Schofield, The State of Population Therory. Oxford/New York, Basil Blackwell, pp. 46-64

El Ensayo

Webs sobre Malthus

5 comentarios en “Malthus”

  1. Este pensamiento fue vertido antes de la revolución industrial, en que proponía regular la fecundidad para equilibrar el consumo de alimentos.

    Me gusta

    1. Hola Victor. El tuyo es un comentario amable con Maltus, pero me temo que no lo merece. Como explico ahí, su preocupación no era equilibrar el consumo, sino mantener el desequilibrio por el cual los pobres no tienen derecho a nada, negar la posibilidad de progreso social, y todo ello apoyándose en una visión que naturaliza las diferencias sociales, las biologíza (por eso a Darwin le parecerá tan inspirador) y en consecuencia convierte en una locura la perceptibilidad y el progreso sostenido por los ilustrados franceses. Gracias por escribir y un saludo muy cordial

      Me gusta

  2. En ese entonces fue la propuesta de Malthus sobre la demografía o sobre población, en la que proponía eliminar a la gente con un sinnúmero de ´propuestas asesinas, actualmente se da con el aborto, las enfermedades de laboratorio las vacunas medicamentos dádivas de otros países como «ayuda» en el que afecta la salud de las embarazadas y el producto en gestación….

    Me gusta

Deja un comentario

Julio Pérez Díaz, CSIC. Estudios de población y análisis demográfico