Me escribe Nicolás Sacco, doctorando en sociología en la Universidad de Buenos Aires, y es una inmejorable ocasión para retomar la actividad en el blog. Os saludo a tod@s desde la Universidad de Edimburgo, con una estancia de dos meses. Trabajaré junto a mi amigo John MacInnes en el redactado final del libro con el que queremos difundir los fundamentos y resultados de nuestro proyecto I+D, en el que proponemos un nuevo marco teórico, la Teoría de la Revolución Reproductiva, para explicar la modernización demográfica y sus consecuencias sociales.
Nicolás plantea una de las derivaciones de la TRR que más pueden interesar a la sociología: la relación entre el cambio demográfico y las clases sociales:
Julio,
Te escribo porque tengo una pregunta que me podés ayudar pensar: ¿cómo es que puede la TRR influir en el debate sobre los cambios en la estructura social? Y con estructura social me refiero a “clases sociales”.
Me explico. Por ejemplo, siguiendo el paradigma de la transición demográfica, uno podría plantear la hipótesis de que los fenómenos de población son diferenciales según clases sociales y probablemente se de el hecho de que distintas clases sociales (para generalizar, las clases medias y las clases populares) se encuentran en distintas etapas de esa transición. Es decir, se podría ver que dinámica demográfica de una sociedad constituye una suma ponderada de las dinámicas propias a las diferentes clases sociales localizadas a lo largo del territorio nacional, cuyos volúmenes relativos representan los respectivos coeficientes de ponderación (que tomando el promedio general, podrían ocultar dinámicas demográficas claramente diferenciales por estratos o regiones geográficas, como se dio históricamente en un país como la Argentina), al tiempo que la estructura por clases sociales, varía, me parece, de acuerdo a los modelos de desarrollo económico adoptado por un país.
¿La TRR tiene algún texto donde esto se tenga en cuenta? En algún lugar decís que España constituye un territorio prolífico para el análisis generacional, donde coexisten generaciones nacidas en una sociedad rural y otra moderna, pero no encontré alguna referencia explícita sobre estos diferenciales…
Un cordial saludo
Nicolás Sacco, Estudiante de doctorado, Universidad de Buenos Aires, Cátedra Demografía Social
El tema que planteas es nuclear para la TRR, porque perseguimos integrar de una santa vez el cambio demográfico en un marco explicativo comunicado con los del resto de ciencias sociales. Hasta ahora los demógrafos nos hemos desarrollado en un gheto disciplinar, sin presencia en las teorías sociales de cualquier tipo (es interesante revisar los índices de los manuales de teoría sociológica). Es como si el descomunal y revolucionario cambio poblacional que la humanidad está experimentando desde hace poco más de un siglo no tuviese influencia alguna en el resto de cambios sociales ocurridos mientras tanto.
El modo en que planteas tu pregunta es, además, muy próximo a la mentalidad demográfica, que debe distinguirse por averiguar, de cualquier cambio poblacional agregado, qué parte es debida a “efectos de estructura” (composición), antes de sacar conclusiones sobre los comportamientos de las personas.
Hasta ahora, para vincular clases sociales y análisis demográfico, ha existido un problema práctico: las clases sociales se han definido y clasificado de forma muy diversa y variable desde que se habla de ellas.
Esto no hace imposible el vínculo. Sabemos sobre la relación “transversal” (observada en un corte temporal instantáneo) entre clase social y ciertas pautas demográficas, como la mortalidad, la nupcialidad, el tamaño de las descendencias o las pautas de hogar. Pero es muy difícil analizar cómo evoluciona la relación en periodos amplios de tiempo, y establecer las posibles causaciones mutuas y su deriva.
Es cierto que los cambios en la estructura social (como un aumento en el peso de las clases medias conseguido a expensas de las clases más bajas) pueden explicar en sí mismos modificaciones en los indicadores generales agregados. Como bien dices, la dinámica demográfica de una sociedad resulta de la suma ponderada de las dinámicas de sus partes y estratos, y todos los promedios ocultan esa complejidad interna.
Pero pensar que pueda haber tantas “transiciones demográficas” como clases sociales, y que estudiándolas por separado sabremos cómo y porqué se produce la transición general, nos devuelve al problema de que la teoría de la transición en realidad no es capaz de explica nada de lo que describe. Otro problema es que la modernización de los comportamientos demográficos vuelve a aparecer como el resultado de otros cambios, en este caso los de la estructura social, no como un motor de cambio en sí mismo, como afirmamos con la TRR. Adicionalmente, la propia modernización demográfica es un fenómeno social pasmosamente “colectivo” y asociado a la modernización social, política y económica mucho más que al estrato social de pertenencia. Quizá puedan describirse transiciones con tempos diferentes en cada clase social, pero no existe una revolución reproductiva parcelada en ninguna de ellas y, probablemente, ese cambio demográfico haya sido uno de los motores más potentes para homogeneización social en toda la historia de la humanidad. Un noble español del siglo XIX o un aristócrata de las sociedades africanas subsaharianas menos desarrolladas actuales están muy por debajo de la esperanza de vida de las clases trabajadoras más bajas de la Argentina del siglo XXI.
Con la TRR proponemos una perspectiva dinámica, basada en el análisis generacional, no transversal. Aunque resulte difícil añadirle información sobre clases sociales, las fuentes y las técnicas de análisis están ampliando mucho nuestras posibilidades. De hecho, es tan evidente la ventaja de esta perspectiva que cada vez son más los científicos sociales que la adoptan. Proliferan encuestas retrospectivas, biográficas e incluso estudios longitudinales que siguen a las mismas personas a través de sucesivas oleadas de una misma encuesta. Las propias fuentes oficiales están aproximándose cada vez más a sistemas de actualización continuada de la información censal o padronal con los datos que continuamente van proporcionando los registros de acontecimientos vitales, académicos o sanitarios.
Ahí es donde la TRR tiene inmensas posibilidades, como marco teórico explicativo del cambio demográfico (y no sólo descriptivo como hasta ahora), pero también para vincularse a otros cambios como el de la estructura social. Lo que proponemos es plantear preguntas de este tipo: cómo ha influido en la estructura social que los niños dejen de morirse, y de 35 años de vida esperable pasen a más de 80; qué impacto ha tenido en esa estructura el que, como consecuencia, las mujeres estén cada vez menos forzadas a grandes fecundidades y queden liberadas, en cambio, para tareas productivas; cómo afecta a la estructura social el mal llamado “envejecimiento poblacional” resultante de que las sucesivas generaciones vayan teniendo una vida más sana desde su nacimiento, con más educación y mejores condiciones laborales que las antecesoras. A un sociólogo, por otra parte, le interesarán los efectos generacionales que tiene el avance de la salarización del mercado laboral, o que ciertas generaciones tengan proporciones más altas de trabajadores por cuenta propia que las generaciones descendientes. Por ejemplo, con una encuesta de clases sociales española hecha en 1991 podía constatarse que la estructura social era muy distinta entre las personas de 50-65 años que entre las de 35-40. Y no era sólo cuestión de edad. La gran velocidad con que España había pasado de ser agraria a industrial, y luego en apenas 15 años experimentado la crisis industrial y la reconversión a una economía terciaria, marcaba unos contrastes notabilísimos en la composición por clases dependiendo de las generaciones presentes en el mercado laboral (dedico un capítulo a las diferentes trayectorias generacionales de la actividad laboral en mi tesis doctoral).
A tu pregunta sobre textos donde tratemos el tema tengo que empezar obligadamente con un libro de Luís Garrido, uno de los antecedentes claros de la TRR y, de hecho, el primero en usar la expresión. Es catedrático de sociología y director del Centro de Estructuras Sociales Comparadas. Y es, además, uno de los artífices y mayores expertos en una de las mejores fuentes para las estadísticas sociales españolas, la Encuesta de Población Activa. Esa encuesta, con una considerable duración, frecuencia, número de variables y consistencia estadística, permite a Garrido hacer un auténtico monumento al análisis generacional, estrechísimamente ligado a la explicación de los cambios de la estructura social española en la segunda mitad del siglo XX. Lo consigue porque el tema, la evolución de la ocupación femenina, está doblemente vinculado a los cambios demográficos y reproductivos, y también a los cambios en el mercado laboral y la estructura social:
- Garrido Medina, L.J. (1992), Las dos biografías de la mujer en España. Madrid: Instituto de la Mujer. Ministerio de Asuntos Sociales.
Yo mismo publiqué un libro dedicado a analizar cómo el cambio en la mortalidad temprana iba acompañado de la posterior llegada masiva a edades maduras, que altera radicalmente la estructura social.
- Pérez Díaz, J. (2003), La madurez de masas. Madrid: Imserso.
En la misma línea puede explicarse la mejora espectacular de la situación socioeconómica relativa de la vejez, que guarda una estrecha relación con los cambios en la mortalidad y con la llegada a edades maduras y avanzadas de generaciones que han protagonizado la revolución reproductiva:
- Pérez Díaz, J. (2005), «Consecuencias sociales del envejecimiento demográfico» Papeles de Economía Española (104): 210-226.
De hecho este es uno de nuestros argumentos “fuertes” contra el alarmismo reiterado, decimonónico, sobre el envejecimiento poblacional, cuyas nefastas consecuencias previstas para todos los ámbitos socioeconómicos se ven siempre desmentidas por la realidad sin que nadie explique después por qué se equivocaron.
Con John MacInnes publicamos un capítulo sobre la demografía que nos enorgullece especialmente, porque es la primera vez que el tema queda integrado en una obra colectiva sobre teoría sociológica:
- MacInnes, J., Pérez Díaz, J. (2008), «Demography.» en Turner, B. -Ed-, The New Blackwell Companion to Social Theory (3rd Edition): Wiley-Blackwell, pp. 428-450.
Además de las línas generales de la TRR, ahí tratamos otra cuestión en la que demografía y estructura social están directamente relacionadas: las migraciones. En resumen, postulamos que la revolución reproductiva produce automáticamente un ascenso en la escala laboral para las nuevas generaciones, mejor dotadas por sus adultos y de menor volumen (por resultar de una fecundidad en descenso). Eso provocaría que los nichos de baja cualificación en el mercado laboral queden repentinamente desatendidos por estas nuevas generaciones locales, y atraigan flujos inmigratorios considerables.
Pero, sobre todo, es en la explicación de los cambios de género donde creemos que la TRR resulta especialmente potente si se quiere relacionar con los cambios de la estructura social. En realidad la teoría sociológica sobre clases sociales hasta ahora ha tenido siempre dificultades para tratar empíricamente a las personas no integradas en el mercado laboral, es decir, buena parte de las mujeres y la práctica totalidad de la vejez. Con la TRR se entienden mucho mejor los cambios en ambas clases de personas y el papel que esos cambios tienen en la modernización de la estructura social en su conjunto.
En cualquier caso estamos muy lejos de haber explorado apenas la infinidad de implicaciones de nuestra teoría, y menos aún de haberla dotado de una corpus empírico extenso que abarque trabajos suficientes en asuntos tan amplios y generales como la relación entre cambio demográfico y cambio social. Aunque ya tenemos muchas ideas y mucha base empírica en el campo demográfico, tenemos que seguir trabajando muchos años y aún así la TRR sólo prosperará si conseguimos convencer a muchísimos otros científicos sociales de la utilidad de adoptar esta nueva óptica de análisis, dinámica y generacional.
Así que realmente te agradezco muchísimo tu interés, y espero que la TRR pueda ayudarte en tu propio trabajo e investigaciones. porque si es así también tú estarás ayudando a desarrollarla. Cuenta con este blog para publicar cualquier resultado, crítica o comentario que te interese difundir y recibe una afectuoso saludo.
Julio,
Sin duda, la TRR me va a ayudar mucho en mi trabajo
El problema de la definición de clases es importante muy importante, pero la Cátedra Demografía Social de UBA dedicó muchos años a su investigación, cuestión que me ayuda mucho a desatar ese nudo.
A medida que avance en mi propio trabajo iré viendo el vínculo entre ambas dimensiones.
Gracias por tu generosa respuesta y por el trabajo que están haciendo. Esperamos el libro que estás redactando
Nicolás
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