Edad de empezar a trabajar, en el siglo XVIII


Me hago eco de la reciente publicación del artículo: Carmen Sarasúa (2013)  ¿Activos desde cuándo? La edad de acceso al mercado de trabajo en la España del siglo XVIII en Documentos de Trabajo (DT-AEHE) No 1309, editado por la Asociación Española de Historia Económica. 

La edad que se tiene al empezar a trabajar está determinada, claro está, por el momento histórico y las condiciones productivas de cada sociedad, pero también depende de los recursos que la familia de origen puede invertir en su descendencia y las estrategias con que lo hace en función del número y sexo de los hijos. Hace años tuve la suerte de poder calcular con microdatos las tablas generacionales de edad al primer trabajo, empezando por las nacidas en 1901-1905. La media era de 14,1 años en los hombres, 15,6 en las mujeres (la evolución hasta los nacidos en los años sesenta puede verse en Transformaciones sociodemográficas en los recorridos hacia la madurez. Las generaciones españolas 1906-1945, pg. 157, y las tablas completas, edad a edad, para cada generación, se encuentran en el anexo, pgs. 449 yss.).

El trabajo de Sarasúa viaja mucho más allá en el tiempo, hasta ese pasado del que nos habla Phillipe Aries, en el que la infancia todavía no había aparecido como una etapa en la vida del común de los mortales, ese pasado que todavía permanece en algunas partes del planeta entre las clases sociales más pobres, para las que, como descubrió John Caldwell, los hijos rentan más de lo que se invierte en ellos. La edad a la que empiezan a trabajar las personas que ella ha estudiado se sitúa en torno a los 10 años.

La autora consigue este cálculo explotando datos históricos, claro, en este caso los Memoriales del Catastro de Ensenada. Estos trabajos, tan laboriosos y próximos a la demografía histórica, van acumulando fundamento empírico para hablar de nuestro pasado con conocimiento real y «colectivo», a diferencia de los registros que las clases pudientes sí nos han legado, aunque generan a menudo cuadros muy incompletos.

Abstract: Este trabajo trata sobre la edad a la que niños y niñas accedían al trabajo remunerado en la España del siglo XVIII. Utilizando como fuente los Memoriales del Catastro de Ensenada (1751-1753), se propone la edad de diez años como edad media de acceso, a partir de la cual se puede calcular la tasa de actividad. La Mancha era una región rica en industria rural, sobre todo de manufacturas textiles, que abastecían al mercado madrileño, el de otras ciudades e incluso al colonial, y que generaban una fuerte demanda de trabajo femenino. Esta estructura productiva explica por qué las niñas se incorporaban al trabajo remunerado antes que los niños, por qué eran escolarizadas desde muy pequeñas en las ‘escuelas de labor’ y no en las escuelas de primeras letras como los niños, y por qué, en definitiva, sus tasas de alfabetización un siglo después eran inferiores a la ya muy baja media femenina española. En la España del siglo XVIII mujeres y niñas estaban masivamente empleadas en las manufacturas, sobre todo textiles, como ocurría en gran parte de Europa. Entender y contabilizar el trabajo realizado por mujeres y niñas, mucho más difundido de lo que se cree habitualmente, y centrado en manufacturas y servicios, transforma nuestra visión de la estructura de la actividad en la España pre-industrial, normalmente identificada con el trabajo agrícola y ganadero..

 

Carmen Sarasúa

Página web personal

Departament of Economics and Economic History
Faculty of Economics and Business Studies
Universitat Autònoma de Barcelona, 08193 Bellaterra (Barcelona), Spain

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