Reproduzco a continuación la entrada Pirámide de educación de En-Red, el blog de mis colegas del portal Envejecimiento en Red. Podrás ver las pirámides de población española según el nivel de estudios, con los datos de los Censos de 1991 y 2011.
En dos décadas el cambio ha sido notable, sobre todo teniendo en cuenta el atraso español en esta materia, visible en la anacrónica pervivencia del analfabetismo en las generaciones de más edad. Francia había conseguido erradicar el analfabetismo ya prácticamente el empezar el siglo XX. En cambio los nacidos en esos años en España todavía quedaron sin escolarizar en cerca del 40% si fueron mujeres, y en torno al 26% si fueron hombres. Las diferencias entre pirámides educativas, por tanto, deben interpretarse no sólo a partir de los cambios de efectivos en cada edad sino, muy especialmente, a partir de las diferencias generacionales. Tales cambios ocuparon mi tesis doctoral, así que los interesados en la vertiente educativa puede que tengan también interés por este producto parcial de la tesis:
- Pérez Díaz, J. (2007), “La revolución educativa en las generaciones españolas” Revista de Demografía Histórica XXV (1): 137-164. (ver pdf en Digital CSIC).
También puede que te interese cómo dibujar pirámides compuestas, como las que verás a continuación:
Pirámide de educación
Publicado: 01/04/2015 en BlogEnvejecimiento [en-red]
Autores: Alberto Robles (Convenio en prácticas Universidad Carlos III- CSIC) y Rogelio Pujol Rodríguez, Antonio Abellán García. (Departamento de Población, CSIC)
La educación es un factor determinante de la salud y de la mortalidad. Existen estudios que subrayan este hecho: las personas con mayor nivel educativo tienden a vivir más tiempo. La relación con la discapacidad también es estrecha: a mayor nivel de estudios, niveles más bajos de discapacidad (autodeclarada) para actividades de la vida diaria.
A pesar del gran interés de estas afirmaciones, es difícil obtener series temporales de datos homogéneos de nivel educativo. La parquedad de las fuentes no permite a veces estudios de detalle. La dificultad aumenta debido a los cambios en los planes educativos y en las equivalencias de categorías o grados de educación. Las comparaciones entre países también son dificultosas, a pesar de los esfuerzos de la UNESCO para estandarizar categorías de educación ( ISCED, International Standard Classification of Education).
Los censos de la población española avisan de importantes transformaciones en la estructura educativa. ¿Qué se puede extraer de los cambios en el nivel de estudios de las personas mayores? NOTA: véase el Anexo con la equivalencia de niveles de estudios 1991-2011; en este post señalamos algunos cambios operados en la estructura educativa de las personas mayores.
Ahora se observa una mayor presencia proporcional de personas con estudios superiores que hace años (Figuras 1a y 1b). Por ejemplo, el grupo de población de 70-74 años alcanzaba el 8,1% con ese nivel educativo en 2011, superior al del mismo grupo de edad en 1991 (3,2%) (Tabla 1).
Figura 1a.- Pirámide de población según nivel de estudios. España, 1991
Fuente: INE: Censos de población y vivienda 1991 y 2011. Nota: Estudios primarios incluye niveles inferiores; se representan aparte los analfabetos.
Figura 1b.- Pirámide de población según nivel de estudios. España, 2011
Tabla 1.- Distribución del nivel de estudios en algunas edades. España, 1991 y 2011
Además, si comparamos la variación porcentual en la distribución del nivel de estudios del grupo 70-74 años cuando tenía veinte años menos, 50-54 en 1991, trasciende un llamativo aumento de la proporción de personas con estudios superiores (43,6%). Esto puede ser debido a una mortalidad diferencial (mayor en los niveles educativos inferiores que elevaría la proporción de personas con estudios superiores), o a migración (que altera la composición del grupo) o a diferente clasificación de estudios u otros motivos metodológicos.
Si se acepta que con más estudios disminuye la discapacidad, se retrasa su aparición y se afronta mejor los problemas que ésta ocasiona, son previsibles cambios positivos (descensos) en la prevalencia de discapacidad futura en la población española, pues observamos que las generaciones más jóvenes antes de entrar en la vejez tienen niveles educativos más altos ahora que hace unos años. Por ejemplo, en 2011, el 19,5% de las personas de 50-54 años tenía estudios superiores, casi cuatro veces más que veinte años antes.
Esta mejora observada en los últimos lustros en el nivel de estudios permitiría compensar en parte el efecto del envejecimiento futuro de la población española, efecto que señala que a más edad, más discapacidad.