Censos y registros demográficos, existir o no existir para el Estado


elPaís "Millones de vidas inexistentes" (26/10/2011)

Con motivo de la actual campaña del Censo en España he recibido un número significativo de comentarios salidos de tono, algunos airados (y que por tanto no he aprobado como moderador del blog), de personas a las que les ha tocado formar parte de la muestra censal. Ellos son los elegidos  para recoge información detallada en la nueva modalidad de Censo que, por primera vez, no es universal. Entiendo que muchos preferirán ahorrarse el trabajo. Pero también creo que está habiendo una mala o insuficiente explicación de la importancia y utilidad del Censo y, en general, de las estadísticas demográficas.

Esto es resultado probablemente de que los sistemas estadísticos nacionales y el conjunto de agentes sociales que necesita la información para funcionar, incluso para existir, no estamos transmitiendo adecuadamente lo que hacemos y para qué sirve. Pero también hay un problema relacionado con el grado de éxito y «normalidad» conseguidos en este ámbito por parte de los países más desarrollados, que nos hace ver como parte del paisaje, como algo dado por supuesto y sin demasiada importancia, que existan los sistemas de información estadística que tenemos y que dispongan de nuestra información correctamente.

Quizá para entender la utilidad e importancia que tienen las estadísticas de población para la propia población es mejor viajar a países donde resulta prácticamente inexistente o funciona con problemas y omisiones graves. Si estoy escribiendo este post es porque esta mañana he leído un artículo de prensa titulado Millones de vidas inexistentes acerca de los millones de personas cuyo nacimiento, por un motivo u otro, no está registrado de forma oficial y que, por lo tanto, no tienen existencia legal ni aparecen en las estadísticas de población en sus respectivos países (el subtítulo del artículo es  suficientemente elocuente: «India y China lideran el grupo de países con mayor número de habitantes sin registrar – Para los Gobiernos no existen y su vida es una carrera de obstáculos»).

Por supuesto, India y China no son los únicos lugares donde se producen tales problemas, aunque sean, lógicamente, los que mayor volumen de población los padezca. De hecho la «indocumentación» es frecuentemente un drama humano que se fomenta incluso en los países ricos con políticas migratorias restrictivas, por no mencionar auténticos dramas colectivos relacionados con comunidades enteras desplazadas en multitud de lugares del mundo.

A quien le interese conocer iniciativas populares encaminadas a conseguir la visibilidad oficial que otorga algo tan simple como estar censado le interesará sin duda el trabajo que las propias comunidades de los «barrios» venezolanos llevan años realizando. Mi amigo Mauricio Phelan es un investigador que he participado en tales iniciativas, les ha dedicado su propia tesis doctoral, y nos las resume perfectamente en el siguiente artículo:

El mundo está lleno de paradojas; aquí algunos se quejan amargamente por tener que colaborar con el sistema estadístico nacional aportando la información censal. Simultáneamente, aquí y en muchos lugares del planeta, millones de personas ven gravemente perjudicada su vida cotidiana precisamente porque no existen para esos sistemas de información. Y hasta luchan por estar censados.


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