Video de CanalUNED sobre el envejecimiento demográfico


La entrada Proyecciones, alarmas y envejecimiento ha suscitado comentarios y aportaciones realmente interesantes. La última dice:

Hola profesor, acabo de ver este video y creo que da una visión bastante negativa y contraria a los planteamientos que usted hace. Me gustaría conocer su opinión.

Mi respuesta: «Hola Juanan. No conocía este video, y me ha gustado mucho echarle un vistazo. Tengo muy buena relación con todos los que aparecen ahí y también con Gustavo. Mis opiniones son otras en algunos de los temas que tocan, es verdad. Espero que no te moleste si la respuesta es extensa y la convierto en un post completo».

Este es el post. En primer lugar, el video en cuestión y, después, mi comentario y agradecimiento por la aportación.

Contestando a la pregunta de Juan Antonio:

Mi opinión sobre el video no es mala. Si parece que da una visión muy negativa, tendrías que ver la visión que está difundiéndose desde el FMI que califica el envejecimiento demográfico como un «riesgo financiero», o desde FEDEA, que mantiene hace décadas una lucha particular por la liquidación del sistema público de pensiones o, en su defecto, por su máxima privatización, mientras insisten que lo que quieren es salvarlo, o desde asociaciones cristianas internacionales empeñadas en «recuperar» la familia tradicional. Por comparación, en este video la gente de la UNED es bastante ecuánime cuando describe y analiza el envejecimiento demográfico.

Aunque tienes razón en que no coincide con mi visión del cambio demográfico y sus consecuencias, y por eso me esfuerzo hace años por argumentarla. En el minuto 6’30, por ejemplo, la narración afirma que hemos pasado «el límite del 15% de mayores». Pero lo cierto es que ese límite es arbitrario, si es que existe, y me gustaría saber por qué se pone en el 15 y no en el 17 o en el 12% (quizá 15 es un número «redondo» que ya va bien a efectos divulgativos).

De hecho el concepto de que se ha roto «el equilibrio» se repite en el video, pero lo cierto es que tal equilibrio es una ficción recurrente cuando se habla de demografía. Nunca existió tal equilibrio (excepto cuando la esperanza de vida era inferior a los 35 años y, claro está, la fecundidad tenía que equilibrarla con casi cinco hijos por mujer para evitar la extinción; hace poco más de un siglo de eso, pero supongo que a nadie le parecerá que ese es el modelo de equilibrio a seguir). En cualquier caso, de existir, el equilibrio sería dinámico, y se iría desplazando a medida que cambia la duración de la vida. Una de las tesis en la Teoría de la Revolución Reproductiva es, precisamente, que el sistema demográfico conjuga ineludiblemente una supervivencia creciente con una menor fecundidad en las siguientes generaciones, que de nuevo permite bajar la mortalidad de su descendencia, y así de forma recurrente (causalidad en las dos direcciones). Ese es el verdadero equilibrio, y eso es precisamente lo que explica el envejecimiento demográfico. No se ha roto ningún equilibrio; se ha mejorado y vuelto sustancialmente más eficaz que el que existía en el pasado.

Por su parte, DeSantis tampoco es especialmente catastrofista si tenemos en cuenta las opiniones imperantes entre los economistas (recomiendo buscar las declaraciones de Ettore Tedeschi cuando era máximo responsable de la Banca Vaticana y hablaba del descenso de la natalidad como causante principal de la crisis económica actual). Yo también creo que hay que alertar a la gente del negro futuro que tiene nuestro sistema de pensiones. Lo que ocurre es que no creo que los problemas resulten del envejecimiento demográfico, sino de nuestra pasividad política frente a sus enemigos.

Hasta ahora la creciente proporción de mayores se ha venido compensando durante muchas décadas sin problemas, incluso muy sobradamente, con al aumento de la productividad de los asalariados cotizantes y, por tanto, de sus sueldos y aportaciones. No es lo mismo un analista informático del año 2000 que un jornalero del campo en el Badajoz de 1960 (ese probablemente ni siquiera cotizaba, y su productividad debía ser miles de veces más baja). Ya estoy un poco cansado de repetir la obviedad de que no basta con contar cuántos trabajan y cuantos cobran pensiones.

El problema es que la sostenibilidad para las pensiones de reparto en un contexto de envejecimiento demográfico se basa precisamente en que cada generación sea más productiva que la anterior o, en otras palabras, en que el progreso no se detenga (hasta ahora ha sido así siempre así, por muchas crisis que salpicaran el proceso) y que los trabajadores sigan participando de los beneficios de ese progreso. Pero esta crisis lleva camino de cargarse los fundamentos del sistema público de pensiones por dos vías, y ninguna de las dos puede justificarse por el cambio demográfico:

– una, y la principal, el paro. Y contra el discurso imperante, una mayor natalidad no haría más que agravarlo. Nuestro país no crea empleo, lo destruye. Y  no puede exagerarse el peligro que ese desempleo supone para la caja de la Seguridad Social. Casi cinco millones de parados consumen recursos y no los producen; la Seguridad Social estaría desbordando ingresos por todos los costados sólo con que la mitad de los actuales parados tuviese un salario y cotizase, y eso sin cambiar para nada la pirámide de edades.

–  la otra es que, a los que trabajan, se les hace cada vez menos partícipes de la creciente riqueza que genera su trabajo (y no debe perderse de vista que parte del salario se percibe ahora como cotización a la Seguridad Social). Las reformas del mercado de trabajo más recientes están encaminadas a que el empleado tenga menos derechos y menos remuneración para que sea el empleador el que se vea estimulado; bajar las cotizaciones para subir el IVA es una recomendación que se oye desde las máximas instancias económicas internacionales. Todo va en la misma dirección, cobrar menos por el mismo trabajo. Así hasta que la pensión se la pague cada uno y pueda ser descontada por completo de los costes salariales. Mientras el ideario económico sea el liberal, no habrá suelo que frene el descenso de los costes laborales como fórmula para la «dinamización» empresarial y la competitividad internacional. Es una fórmula que concentra la riqueza en unos pocos, y que iguala al resto con los trabajadores del país que peor pague a sus trabajadores. Bastante alejada de lo que hasta ahora habíamos entendido como «progreso», la verdad.

El problema de las pensiones públicas no es demográfico, pero ese no es un consuelo. El problema existe, y es muy grave. Quienes «velan» por nuestra economía ya han condenado hace mucho tiempo el sistema de reparto, no por su insostenibilidad demográfica, sino porque así bajarán los costes laborales y se pondrán en circulación recursos financieros que, según ellos, producen más negocio en el sector privado. Son nuestros representantes y políticos los que están esforzándose inhumanamente por rebajar lo que se paga a alguien por trabajar, en la convicción de que eso es lo que «nos» hará más ricos. De momento lo que están consiguiendo es arrasar con todo a cambio de nada. Qué paradoja. Se enfrentan, además al grave problema de que cuesta mucho pagarle menos a la gente por el mismo trabajo sin que proteste y te retire el voto. En realidad esa debe ser nuestra esperanza: la capacidad de oposición y de lucha para oponerse al expolio y, aunque ellos no se lo crean, para conseguir una economía más productiva.

En fin, para no alargarme, remito a mis trabajos y publicaciones sobre demografía y a las muchas entradas de este blog relacionadas con este asunto; cada cual puede sopesar los argumentos y formarse su propia opinión. Es verdad que estoy en minoría en mi visión de las consecuencias del envejecimiento demográfico, pero tampoco se me ha impedido nunca argumentar en contra del tópico mayoritario. De hecho mi versión del asunto la he dado también en un programa de radio UNED. Me consta que mis opiniones no son mal recibidas allí (puedes oirlo aquí: En UNED-Rtve con el envejecimiento demográfico).

Gracias de nuevo por tu aportación

4 comentarios en “Video de CanalUNED sobre el envejecimiento demográfico”

  1. En resumen: ¡qué malos son los liberales y que biba la psoe!
    Más en serio: si, viendo los datos demográficos de España, sostienen uds que no hay un problema grave yo me pregunto ¿qué sería necesario que ocurra para que vean que si que hay un problema y grave?. ¿Que no nazca nadie?
    En el comentario anterior alguien descubre la pólvora contando que al haber hoy menos niños pasado mañana habrá menos «viejos». Lo que no cuenta es que entre medias el paro no podrá hacer otra cosa que aumentar en muchos sectores por falta de «clientes».
    Es posible que dentro de 60 años vuelva a desaparecer el problema de las pensiones pero en los próximos años ese problema no parará de hacerse más y más grave.
    Yo iría ahorrando… y, por supuesto, ni se les ocurra hipotecarse.
    Para terminar, seguir llamando «pirámide» a lo que es un rombo demuestra que uds no han ido a Egipto nunca, je, je.

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      1. Para alguien que llama «liberación de la mujer» al hecho de que las mujeres tengan que exclavizarse en un trabajo, mierdoso en muchos casos (véase el número de cajeras de hipermercado, por ejemplo), para que una familia pueda tener un nivel de vida incluso inferior al que tenían hace 30 años con el trabajo de uno solo de sus miembros, en lugar de poder atender, educar y dar amor a sus hijos, es posible que cualquier análisis profundo sería demasiado exigente y no conforme al hombrenuevismo ciudadánico pseudoprogresista.
        .
        Es perfectamente conocido que el nivel de consumo de una persona desciende mucho a partir de una cierta edad. Cuando tengamos un pais de ancianos que unicamente consuman alimentación y sanidad, va a haber (ya está pasando) muchos sectores en los que sobrará mano de obra, puestos de trabajo, a patadas: construcción, enseñanza, fabricación de todo tipo de bienes, industria cultural (cine, música…), vestido, actividades deportivas y prendas y materiales asociados, vehículos a motor, etc.
        Solo podrá compensarse con la masiva emigración, que ya está habiendo también. véase los datos hoy publicados: 1 millón de residentes han tenido que irse en 19 meses.
        http://sociedad.elpais.com/sociedad/2012/10/15/actualidad/1350301014_180330.html

        Dice ud en otro post que «La humanidad lleva miles de años presentando una pirámide con la forma supuestamente “expansiva” y, sin embargo, con un crecimiento prácticamente nulo»
        https://apuntesdedemografia.wordpress.com/2012/10/15/la-piramide-regresiva-una-falacia/

        ¡La humanidad con un crecimiento practicamente nulo!
        Una cosa es que su crecimiento se haya acelerado en los últimos 200 años (debido fundamentalmente al aumento de la esperanza de vida asociado a los avances médicos principalmente) y otra cosa muy distinta es decir que lleva miles de años con un crecimiento practicamente nulo.

        Y conste que creo que para el bien de la misma humanidad, en su conjunto, lo mejor sería que se estabilizase su población. Pero que en España, principalmente en ciertas regiones, tenemos un problema es una verdad de perogrullo.

        Por último, no suele ser conveniente subestimar el conocimiento de los demás creyéndose ser el único que está en posesión de la verdad.

        Amigablemente.

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  2. Totalmente de acuerdo con el fondo de tu argumentación, Julio. Pero creo que te pasas bastantes grados de prudente, quizá por tu conocimiento personal de las tres personas que participan en el vídeo. Me vas a permitir que yo sea un poco más ‘directo’.
    1) No solo el límite del 15% es absolutamente arbitrario y sin significado demográfico alguno. Es que encima se le tilda de ‘crítico’. ¿’Crítico’ para qué?. Por favor, que somos científicos y con suficientes luces, así que ya deberíamos saber que las palabras las carga el diablo y que conviene usarlas, por tanto, con precisión.
    2) Dices que empiezas a estar cansado de repetir que no basta con contar trabajadores y jubilados. No puedo estar más de acuerdo, ¡pero te quedas muy corto!: en el vídeo Gustavo ni siquiera compara eso, sino personas en edad de trabajar y personas en edad de jubilación. ¿Y los 5 millones de parados, qué, no tienen ninguna importancia?. Me parece increíble que no se vea (¿se quiera ver? ) algo tan evidente. Y el hecho de olvidarlo en las circunstancias actuales resuta difícil de digerir.
    3) Lo de mantener inalterada la pirámide de población (o algo así), que sugiere Gustavo, me sonó, a bote pronto, escalofriante. Sonó a aplicar a los mayores técnicas sacadas de ‘La balada del Narayama’, o a obligar a las mujeres a tener un número mínimo de hijos. Luego aclaró que se refería solo a aumentar la edad de jubilación…. uff, menos mal (aunque solo eso es muy poco para ‘controlar’ la pirámide, suponiendo que sea posible y deseable hacerlo, que al menos lo segundo opino que, evidentemente, no lo es)
    4) Por último, y para ‘rebajar un poco la temperatura’, dos cuestiones estrictamentes técnicas: creo que en varios pasajes del vídeo sería mas preciso hablar de reducción de la natalidad que de reducción de la fecundidad. Aunque lo segundo sea una de las posibles causas de lo primero, es obvio que no es la única posible. Y en ese contexto, lo que importa es el tamaño de cada generación. Por poner un ejemplo muy gráfico: si solo hubiese dos mujeres en edad fértil, pero cada una tuviese 35 hijos, ¿cómo afectaría eso a lo que se describe en el vídeo?. La fecundidad sería altísima pero el número de nacimientos bajísimo. Un ejemplo más realista: en los próximos años es probable que descienda el número de nacimientos…pero no como una consecuencia de una menor fecundidad sino de una reducción del número de mujeres en edades fértiles.
    5) Y la segunda cuestión ténica: creo que a menudo se olvida que pocos nacimientos en un año significarán, algun dia, pocos viejos alcanzando la jubilación. Más en general: si se suceden varias décadas sin cambios tan brucos en la natalidad y la mortalidad (incluso tambien en las migraciones) como en las pasadas, la forma de la pirámide, que ahora está llena de deformidades, panzas, rebajes, etc. volveria a parecerse a una piramide de verdad… aunque quiza sería mas exacto llamarlas entonces ‘trapecios de población’.
    Perdón si me he pasado de extensión y gracias, Julio, una vez más, por darnos combustible a los que no comulgamos con el pensamiento único que muchos nos quieren imponer.

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