El fundamentalismo suplanta a la investigación demográfica


Este fin de semana hay una oleada planetaria de manifestaciones poco habituales: los científicos protestan porque se ven atacados por sus propios gobernantes. El desencadentante ha sido Trump desprestigiando y dejando sin fondos a quienes investigan en salud y en protección medioambiental. Pero, y esto es lo realmente preocupante, científicos de todo el mundo y de todas las disciplinas se han visto identificados inmediatamente. La ciencia es cada vez más molesta para la política, en un mundo en el que «la verdad» puede construirse artificialmente y suministrarse con el control masivo de la información. Así que hoy escribo para secundar los actos en defensa de la ciencia, pero también para argumentar por qué un demógrafo español debe identificarse con ellos.

El estado de la disciplina en nuestro país ya era deplorable hace mucho tiempo. A diferencia de nuestros vecinos franceses, pero también de los argentinos, los brasileños o los mexicanos, los españoles no tenemos ninguna universidad que incluya la demografía entre sus titulaciones. Añádase, claro, el drástico recorte en investigación, que dura ya una década y que está jubilando a los pocos demógrafos veteranos sin que haya reposición de otros más jóvenes.

Pero más allá de las miserias tradicionales, la demografía se está viendo sometida en España a un rápido proceso de degradación y suplantación. Quienes construyen hoy el lenguaje, los temas, los análisis, diagnósticos, previsiones y propuestas de actuación en materia de población carecen de conocimiento técnico alguno sobre demografía, son ideólogos y creyentes apoyados por las propias administraciones y vinculados al nacional-catolicismo extremo.

El caso más evidente es el de un amplio conjunto de asociaciones y fundaciones tapadera con los que El Yunque, organización secreta ultracatólica de origen mexicano, se ha desplegado en los entornos más ultras del PP, y que lleva años intoxicando la opinión pública con su ideología extrema en multitud de temas relacionados con la demografía. Incluye algunas muy conocidas, como HazteOir, Abogados Cristianos, Profesionales por la ética o el Instituto de Política Familiar, auténtica forja del argumentario del PP en materia de familia, natalidad, sexualidad, anticoncepción, fomento de la natalidad, cuidados paliativos, eutanasia o aborto. Lo sorprendente es que su extremismo ha llegado a alarmar a la propia Conferencia Episcopal, que encargó un informe confidencial cuya filtración posterior ha proporcionado las claves para hacer pública la trama.

La infiltración católica en el pensamiento demográfico conservador es muy antigua, pero se agudiza en los últimos años por tres asuntos políticos de primer orden:

  • frente a la crisis, es posible proponer medidas natalistas y familistas como alternativa a las políticas sociales redistributivas y universales;
  • frente al eterno debate sobre la financiación autonómica, el «problema demográfico» es la coartada ideal para reclamar más recursos y restar relevancia a las reclamaciones «históricas» o de balanza fiscal de las regiones más pobladas;
  • frente al desgaste electoral de atacar al sistema público de pensiones, la demografía es la justificación ideal para su progresiva revisión y recorte.

Por fin se ha conseguido convencer a todo el país de que estamos atravesando una grave crisis demográfica, como fue calificada unánimemente en la última conferencia de Presidentes Atonómicos. Previamente, muchas de las autonomías gobernadas por el PP habían aprobado ya planes de «dinamización demográfica» como el de la Xunta de Galicia, mera propaganda de corte natalista y familista. También se ha introducido esta calificación en todas las reformas legislativas en torno a los tres temas arriba enumerados (como la de las pensiones de 2013), y también en las múltiples comisiones oficiales del Congreso o del Senado, mero trámite previo.

En estas comisiones, a las que se convoca a expertos de todo tipo antes de hacer reformas legislativas de cierta envergadura, es donde más visible y evidente resulta la suplantación de los demógrafos. Comparecen los mejores científicos, gestores, juristas o empresarios, y sistemáticamente su opinión es ignorada en beneficio de los ideólogos del partido. El caso más flagrante, un auténtico escándalo, pudo observarse en una comisión senatorial sobre la despoblación rural, propuesta en 2013, y cuyo documento final, publicado en el Boletín oficial de las Cortes Generales (BOCG 17/4/2015), ningunea las comparecencias de expertos, resumida en apenas una página, añadiendo diez páginas de «dossier» redactado por un consultor financiero cercano al Opus Dei, sin competencia demográfica alguna, pero que preside la Fundación Renacimiento Demográfico con el apoyo económico de la banca conservadora y propagandístico de medios como ABC, La Razón o Libertad Digital (lo presentan siempre como «el mayor experto en demografía» en nuestro país). El resultado es que un documento oficial del Senado recoge desde entonces la aberración analítica de proponer el fomento de la natalidad ¡como solución para el despoblamiento rural!

Insisto: son estos sectores, ultraconservadores, los que construyen hoy el discurso demográfico en España. Conceptos como «suicidio demográfico» o «invierno demográfico» (acuñado por un teólogo de la Universidad Católica de Lovaina ), auténticas sandeces analíticas, se han vuelto de uso corriente sin que nadie parezca plantearse su total carencia de rigor.

Se entiende así que el recientemente creado Comisionado frente al reto demográfico se justifique, en el propio Real Decreto que lo crea (27/1/207), con los conceptos y los términos propios de este natalismo alarmista, y se encomiende a la dirección de una senadora natalista del PP gallego.

Se entiende así que al frente de la más reciente de tales comisiones, la del Senado «sobre la evolución demográfica en España«, se haya puesto al previamente Director general de la Policía, distinguido miembro del círculo de ultracatólicos con el que se rodeó Fernández Díaz como ministro del Interior. No es casual que el primer compareciente en dicha comisión haya sido el director de la Fundación Renacimiento Demográfico.

De nada sirven, por tanto, las comparecencias de expertos reales. La última en la que el Congreso ha visto necesario hablar de demografía, has sido la Comisión de Evaluación y Seguimiento de los Acuerdos del Pacto de Toledo. Ha contado con demógrafos de verdad, como Albert Esteve, o Juan Antonio Fernández Cordón, y éstos han dejado claro que predicar una crisis demográfica es falaz, desvía la atención de los problemas reales y, aún peor, lleva camino de distraer atención y recursos necesarios para resolverlos (pero es que ese es también el mensaje de otros expertos, como José Luis Escrivá presidente de la Autoridad Independiente de Responsabilidad Fiscal, cuya comparecencia del 08/02/2017 recomiendo encarecidamente).

No importa. Siento comunicaros que por mucho que los científicos expliquen las cosas, el Estado español ya tiene hechas sus ideas acerca de la demografía, su situación actual, su evolución, sus problemas y sus soluciones. Esas ideas ya no son ni siquiera las de los tradicionales actores del catolicismo social español, como Acción Católica, la Asociación de Propagandistas o el propio episcopado, sino el extremismo ultracatólico más radical y retrógrado.

Por tanto la investigación demográfica ya no sólo lucha contra la falta de formación académica o la dificultad para financiarse. Ahora es el propio Estado quien le da la espalda para sustituirla por el consejo y las ideas de entidades como la Fundación Renacimiento Demográfico o el Instituto de Política Familiar.

Y esto es sólo una pequeña parcela del panorama científico, español e internacional. No debería extrañar a nadie que la convocatoria estadounidense haya tenido una adhesión planetaria inmediata. Corren tiempos de oscurantismo y podemos acabar incluyendo el creacionismo en los libros de texto como no reaccionemos de una vez.


Comparecencia de demógrafos en la comisión sobre Pensiones

8 de marzo de 2017. Comparecencia del director del Centro de Estudios Demográficos, Albert Esteve Palos, para explicar la relación entre demografía y el Sistema de pensiones (el CED es el único centro de investigación específico sobre demografía en España).

15 de marzo de 2017. Comparecencia de Juan Antonio Fernández Cordón, que ha sido demógrafo del CSIC, director del desaparecido Instituto de Demografía o director del Instituto de Estadística de la comunidad autónoma de Andalucía:

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