Me hago eco aquí con cierta frecuencia del intrusismo de falsos expertos en demografía que la utilizan como coartada para asustarnos y así justificar recetas políticas que, de otro modo, el ciudadano común no aceptaría nunca. Hoy os presento un ejemplo más, que nos dice cómo ve la demografía el carlismo tradicionalista, aquel extremismo añorante del absolutismo confesional, fieramente contrario a cualquier liberalismo, aquel que tantas guerras causó desde el siglo XIX hasta conseguir en 1939 la victoria final frente a cualquier modernidad o progresismo. Un insigne teólogo, profesor de una universidad católica y destacado miembro de Comunión Tradicionalista, nos descubre por fin la verdad demográfica que nadie quiere ver (como si los demógrafos no existiésemos): el suicidio demográfico, la catástrofe poblacional definitiva, la decadencia de Occidente. Añade incluso los remedios, también novedosos e insospechados: el retorno a los valores pasados y perdidos, la tradición patria, las esencias nacionales, el cristianismo.
- Barraycoa, Javier (1998) La ruptura demográfica. Un análisis de los cambios demográficos. Ed. Balmes (Colección Ensayos Sociales), Barcelona 1998, 127 págs.
Si quieres ahorrarte el libro, tienes una síntesis de sus grandes aportaciones en el blog de su autor, en un post titulado La extinción (demográfica) de Occidente. Pero incluso si eso te da pereza, puedes prescindir del post completo; sólo con el primer párrafo ya tenemos una síntesis perfecta:
Cuando Adán cometió el pecado original, desobedeciendo a Dios, fue expulsado del Paraíso. Cuando el pueblo de Israel no reconoció al Mesías, fue expulsado de la tierra prometida iniciándose una diáspora de 2.000 años. Ahora el Occidente cristiano ha apostatado de la religión y, como una especie de plaga bíblica, ha iniciado su extinción o desaparición, para –si la Providencia no lo remedia- dejar su lugar al Islam. Esto que parecería una novela de ciencia ficción, es una realidad más que constatable, predecible y prácticamente irreversible en términos humanos. Disciplinas como la demografía o la sociología lo corroboran. Otra cosa es el silencio sepulcral de políticos e intelectuales, pero la realidad es la que es: Europa se muere, y demasiado rápido.
También tenéis videos con sus conferencias, como El Suicidio demográfico de Europa, dictada el 27 de octubre de 2016 ¡en la parroquia de Nuestra Señora de los Ángeles de Barcelona!
En definitiva este libro hace un refrito de todos los santos padres del topicazo y el adoctrinamiento moral de las derechas europeas. Pese a impartir clases y conferencias sobre el tema, su autor no tiene ni idea de demografía, jamás ha manejado siquiera la más elemental base de datos primarios ni ha calculado el más básico de los indicadores demográficos. Su fuentes son literarias, como La decadencia de Occidente, de Oswald Spengler (¿cuántos siglos de desmentido histórico necesita este bodrio pseudohistórico para que los reaccionarios asuman que Spengler fue simplemente un protonazi?), los exabruptos historicistas de Arnold Toynbee, (otro visionario de referencia para la ultraderecha europeista, obsesionado con el declive de su supremacía como «civilización» sobre el resto del mundo), la insistencia vaticana en el invierno demográfico o los adalides del natalismo familista y patriota francés (como Pierre Chaunu).
Este profesor tradicionalista no ha tenido mucha audiencia por sus actividades en torno a la demografía, la nuestra no es una materia suficientemente espectacular o mediática. Su oportunidad para alcanzar cierta notoriedad le ha llegado muchos años después, y se la ha proporcionado el «procés» independentista en Cataluña. En la mejor tradición del «Dios, Patria, Fueros y Rey Legítimo», la misma que costó a España tanta guerra y tantos muertos desde Fernando VII para mantener la monarquía absoluta, los privilegios de la nobleza y el sometimiento a la moral cristiana de la espada y el cilicio, este oscuro personaje se ha transformado en un león patriótico con una retórica inflamada y una puesta en escena digna de Millán Astray. Si parezco exagerado, por favor, escuchadle en ‘la Marcha Legionaria’ (28/05/2016) en las mismas puertas del gobierno de la Generalitat y del ayuntamiento de Barcelona. Sólo tenéis que esperar al minuto 3, cuando acaben de cantar Soldadito Español.