Censo de Población y Viviendas 2011 en España


Sabemos ya que al Instituto Nacional de Estadística de España le corresponde, en breve, la realización del nuevo Censo de Población (tendrá fecha de referencia a 1 de noviembre de 2011). Dicho Censo forma parte de los tres «Censos Demográficos», junto con el de Viviendas y el de Edificios aunque, de todos ellos, es el de mayor antigüedad y relevancia estadística y administrativa. Será nada menos que el decimoséptimo de los censos modernos de población. Pero pocos españoles saben que se avecina una auténtica revolución en las estadísticas demográficas del país, una revolución que va a modificar radicalmente el tipo de información disponible sobre la población, la manera de obtenerla, y los usos que podrán darse en el futuro a dicha información.

España es un de los países que asumieron tempranamente la realización de censos en su sentido contemporáneo, en la época en la que se extendieron los sistemas estadísticos nacionales característicos de los Estados Modernos (entre finales del siglo XIX y principios del siglo XX). Muchos otros países, especialmente países no europeos, entraron en esa dinámica estadística tras la segunda guerra mundial, gracias esta vez al impulso, homogeneización y asesoramiento de Naciones Unidas, que sigue hoy día promoviendo las rondas mundiales de Censos Demográficos.

Sin embargo el de este año no va a ser un Censo como los anteriores. Por primera vez existe una reglamentación de la Comunidad Europea sobre los Censos, a la que España se acoge. Y dicha reglamentación permite varios diseños metodológicos para los censos, incluyendo una modalidad «basada en registros», muy alejada del tradicional concepto de «Censo de Población». Esa es la modalidad que España va a utilizar (no será la primera, porque ya otros países aplican fórmulas semejantes). Supone ello que, también por primera vez, no se va a hacer un Censo «universal». Por el contrario, se obtendrá la información censal relativa a la fecha de referencia por la combinación de distintos procedimientos, que incluyen como base a un «fichero precensal» a partir de datos del Padrón, una encuesta por muestreo y un Censo de Edificios exhaustivo que proporcionará los «nichos» de residencia. Sobre tales nichos se irá modificando y actualizando la información respecto a la población en ellos residente, o creándolos nuevos cuando la encuesta los detecte. Dicha información integrará adicionalmente distintos tipos de registros administrativos (los tradicionales registros de acontecimientos vitales, las variaciones padronales, y en potencia muchos otros, como el propio Catastro o los que generan el sistema educativo o el de la Seguridad Social).

En definitiva se pretende un nuevo tipo de Censo, sin la gran magnitud y coste de los tradicionales. Harán falta sólo 5.000 agentes censales, una décima parte de los que hubiese requerido un Censo clásico (en el de 2001 fueron unos 40.000 los encuestadores necesarios). Se promete, a partir de ese momento, una importante base de datos, de actualización continua e integradora de una enorme cantidad de información cruzada que los censos clásicos ignoraban hasta la fecha.

Ahora todo depende de cómo se resuelvan en el INE las enormes complejidades derivadas del cambio. No parece que el gran ahorro que va a suponer la nueva modalidad de Censo vaya a dedicarse a reforzar el INE y sus estadísticas de población, ni siquiera parcialmente. En definitiva, por mucho que también se prometan otras cosas, estamos ante un recorte más del gasto público. A nuestros compañeros en dicho Instituto lo único que les está tocando es trabajar con los mismos medios y plantilla que hasta ahora, pero con un reto material, técnico y estadístico de una complejidad sin precedentes, muy alejada del trabajo con los censos anteriores. Les deseo sinceramente mucha suerte; de su trabajo (estoy tentado en decir «de la sobreexplotación de su trabajo») dependemos enormemente quienes tenemos algún interés en la demografía y, si el resultado de todo esto no puede ser finalmente el prometido, habremos perdido muchísimo por el camino.

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4 comentarios en “Censo de Población y Viviendas 2011 en España”

  1. Debe reconocerse que el cruzado de datos es siempre un tema polémico, más si cabe en estos tiempos de Orden y Control Deleuzianos, cuyo Diós son la bases de datos relacionales y el desamparo que el cruzado de datos establecerá. Muchos intentos de establecer el cruce se intentaron en el pasado tanto en Europa como EEUU, sin éxito por el rechazo que causaba en la opinión pública,..hasta ahora, que estamos por fin tan vaciados ya no somos capaces de ver más allá. Por el contrario, igualmente es lícito valorar la ventajas del mismo para el estado y la sociedad pero ese es el caballo de Troya que medir.
    Otro tema son los recortes, o más bien la implementación progresiva de la tecnología en cualquier tipo de trabajo, ya sea hacer el censo o montar vehículos en una cadena de montaje, productividad y reducción de costes constantes que no tienen que ver necesariamente con ninguna crisis de deuda y si con el progreso del que no podemos evadirnos. Donde habían 40.000 hoy con 5000 bastan, mañana ninguno para obtener tal productividad en la que primará la media y se olvidará algo más que los Outlayers, todo es estadística, el imparable progreso se insensibiliza en los márgenes. Occidente muere de éxito.

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  2. Soy uno de los tontos, en torno a 3.000.000, «seleccionado» para invadir tu intimidad y someterte a un tercer grado absurdo y con no se que oscuro objetivo, con la amenaza de estar obligado por la ley. Parece ser que esos tres millones de hogares vamos a representar a 45 millones de españoles, la estupidez de las estadísticas.

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  3. He leído el proyecto, he visto el cuestionario y no sé cómo se puede defender que este censo (?) va a ser del modelo ‘basado en registros’ cuando ¡hasta las variables padronales se van a preguntar!. Así que, lo de añadir registros menos relacionados con el Censo que el Padrón, me suena directamente a estadística-ficción… o a camelo.
    Un censo basado en registros se caracteriza por conseguir el mismo grado de detalle (es decir exhaustivo) que un censo ‘clásico’, sólo que sacando la información de combinar registros y un stock inicial (el último censo clásico exhaustivo) en vez de preguntando a todo el mundo. Y no veo que lo planteado se aproxime ni remotamente a ese concepto.
    Así que, mucho me temo que al final tendremos datos muestrales para casi todas la variables censales. Y la pérdida de información para los demógrafos, sociólogos, estadísticos y demás usuarios censales será tremenda.

    (por cierto, 80-90 millones de euros para conseguir ese detalle tan escaso, para nada característico de un censo, me parece carísimo)

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