He recibido varios comentarios que firma «Espartaco», y que recopilo aquí. Ilustran cómo las gastan algunos que se ven afectados, contradichos o criticados por lo publicado en este blog. Dice literalmente que sus ideas no requieren análisis ni demostración, porque son «pura lógica». Niega que la demografía tenga rigor alguno, y le basta con su raza, patria o religión para tener La Verdad y el derecho a insultar y ser agresivo.

No os asustéis, Espartaco es moderado. Entiende la demografía como un campo de batalla en el que yo soy un enemigo despreciable,  pero os aseguro que me llegan comentarios muchísimo peores, realmente salvajes. No los apruebo ni respondo, y santas pascuas. A Espartaco le agradezco que, por lo menos, sea inteligible, que me haya proporcionado con sus comentarios material para este post, y que lea el blog, aunque sea para criticarlo. Aquí cabe todo el mundo, no se insulta a nadie  y yo sólo soy un investigador y profesor que difunde su trabajo y procura democratizar el conocimiento demográfico. Espero proporcionar material útil incluso a quienes no me creen y, especialmente, a quienes quieren saber más sobre esta disciplina, la demografía, tan apasionante. Eso ofende a los fanáticos, qué se le va a hacer…

Comentario a Le Pen y el cuento del invierno demográfico

¿Falacias? ¿ultraderecha?

¿No seras tu el que tiene la mente programada con los sloganes buenrollistas de no pasa naaaaaaahhh, que te has atrincherado en la postura negacionista en la que todo esto es un problema inventado?

Eres uno de esos endófobos y teófobos ineptos y sobervios que creen que estaríamos mejor muertos la mayoría.

Pues haznos un favor a todos y no tengas hijos y muerete cuanto antes para que nadie tenga que pagarte pensiones.

Comentario a El tobogán de la natalidad

Osea que la teoría esa que usas para rebatir que el envejecimiento, la falta de recambio generacional o la inversión de la pirámide de población ……. ¡¡¡es tuya!!!

Cuan engreído y soberbio tienes que ser para ignorar todas las voces de alarma sobre un problema tan obvio que no se necesitan tantos análisis para abarcarlo. Como mezclas churras con merinas cuando hablas de la calidad de alimentación o educación con el descenso de la natalidad. Que tendrá que ver.

No tienen efecto las políticas anti-natalidad (china), ni las tecnologías antifecundidad, ni la economía y expectativas de futuro. No. Lo único a tener en cuenta es la mayor esperanza de vida. Ole tus cojones.

¿Te pegaban los curas de niño o que problema tienes con los conservadores y religiosos? O igual eres uno de esos votantes de Potemos abducido por su ideología progresista. Sino no entiendo ese ataque a la “ultraderecha” ni otros colectivos que defienden la natalidad. O quizás tanto estudiar filosofía ha dejado tu mente arrasada por el relativismo y no tiene fuerzas para un conflicto que necesite solución ( eso son cosas de ingenieros y tal). Tiene que haber algún motivo ideológico, porque sino, no me explico tamaña ceguera que presenta usted.

Bueno , no ha sido un placer leerte, porque es desesperante ver a alguien letrado y con una postura tan negacionista ante un problema tan evidente. Además paso de perder más mi tiempo con un funcionario que se cree alguien por que trabaja en el CSIC. Pedante.

Comentario a La revolución reproductiva

Sesgo cognitivo : solo admites a procesar aquellos mensajes que encajan en tu visión previa de las cosas.

Profecía autocumplida. Tus análisis son sesgados y la ciencia social esa de la que te vanaglorias es solo una justificación de tu manera de pensar.

Comentario a Jubilación y pensiones

“Sin embargo está por demostrar que el envejecimiento demográfico haya supuesto nunca un problema para los sistemas públicos de pensiones.”

Claro, porque nunca antes, con un sistemas de pensiones la población estuvo tan envejecida. Espera a que las pirámides de población estén completamente envejecidas. A ver quien mantiene las pensiones o el sistema sanitario.

No es necesario demostración : es pura lógica.

Tampoco es que el sistema privado de pensiones sea el idóneo para suplantarlo, es que del otro no va a quedar nada. Es un sálvese quien pueda.