En los años sesenta la ofensiva internacional para frenar el crecimiento demográfico del mundo (el menos desarrollado) fue liderada por EEUU, su principal financiador. Acabó súbitamente en los años ochenta, con el giro «pro-vida» de Reagan, que apeó radicalmente a su administración de cualquier ayuda económica a la anticoncepción o a la planificación familiar. Pero mientras tanto fue el motivo de que «antiimperialistas» de todo el mundo rechazasen el control demográfico impuesto desde los organismos internacionales. Una muestra impagable de esta oposición puede encontrarse en Las venas abiertas de América Latina, ese extraordinario grito de angustia por un continente que parecía entonces condenado a la postración y a ser eternamente el patio trasero de EEUU. Seguir leyendo Eduardo Galeano y el control de la población