El eugenismo persigue el progreso de la humanidad por la mayor reproducción de los mejores. Sostiene que, si no se hace algo, nuestra «dotación hereditaria» colectiva degenerará, porque los peor dotados tienen mayor fecundidad y sus genes se harán dominantes. En el pasado las dificultades y la elevada mortalidad operaban en contra, pero nuestra actual civilización y humanitarismo han eliminado esta fuerza selectiva que hace evolucionar las especies.
Este argumento se está aplicando hace décadas por ciertos psicólogos del Coeficiente de Inteligencia (IQ), algunos xenófobos que afirman la inferioridad de los inmigrantes, algunos nacionalistas convencidos de su superioridad racial, pero también por muchos nostálgicos de la aristocracia y los antiguos gobiernos «de las élites» frente a las actuales democracias, tan «disgénicas».
Como casi siempre, la proyección de las tendencias demográficas permite anticipar futuros aterradores que sirven para justificar hoy políticas de población impopulares (véase la obra de Andreu Domingo sobre las Distopías demográficas). Los estadounidenses siempre han vivido en medio de este debate (casi desde su independencia, las élites europeas menospreciaron su carácter de «cultura de masas»). Su extraordinario componente inmigratorio y una elevada movilidad social siempre han llevado a los más elitistas a recordarles la degeneración de la «dotación genética original» a la que conduce la democracia.
Y el cine se hace eco, claro está, de estas ideas. Idiocracy es una película que especula, con forma de comedia, sobre el futuro que nos espera de continuar la actual tendencia a que sean las clases bajas con menor coeficiente de inteligencia las que mantengan una mayor fecundidad. Hace un guiño a Demolition Man, film anterior en que un violento terrorista y un policía igualmente expeditivo son congelados en nuestros tiempos, y descongelados en un futuro en el que se ha conseguido una sociedad pacífica (no se si recibió financiación de los amantes del rifle, pero no me extrañaría). En Idiocracy es un ciudadano medio el que se ve revivido cinco siglos después, para encontrarse en un país que ha evolucionado hacia la generalizada imbecilidad y donde él, repentinamente, sobrepasa estratosféricamente el nivel medio de inteligencia.
Al margen de cuales sean las intenciones tras esta producción, resulta un material estupendo para ilustrar y debatir (y ridiculizar, por qué no) los descomunales errores del eugenismo, que tanto daño han causado a lo largo del siglo XX. Especialmente los dos primeros minutos son una síntesis extraordinaria de los principios generales de esta ideología, pero podemos ver online también el film completo:
Agradezco a Joaquín Siabra haberme mostrado esta joyita. Si conocéis otros films o documentales que traten los temas de este blog no dudéis en escribir abajo un comentario.
Me sorprende la interpretación del contenido del film. Sí bien estoy de acuerdo con la intención del post encuentro malinterpretado el sentido racial de la critica del film, que en su momento me pareció un toque de atención mordaz, pero que poco creo debe a cualquier tesis genética y sí mucho a políticas educativas y a la denuncia corporativa y de medios de desinformación.
No es casualidad que los creadores de South Park estén en el meollo creativo del film.
Interpretar de el film que la sociedad futura ha involucionado por motivos de raza no tiene sentido alguno, ni creo sea esa la filia del film, si bien es evidente la crítica al capitalismo corporativo que acabará haciéndonos ver porno en las noticias, si no lo hacemos ya, o beber Gatorade y no agua.
La predominancia de un multipot racial no es más que la evidencia natural de la presión demográfica global donde el ‘blanco’ no es ya el centro del todo. Es evidente que el protagonista blanco es más idiota que los nativos de ese siglo futuro.
No hay que profundizar para ver que la deficiencia progresiva educativa, añadida a la sobre información comercial y lúdica son las que provocan un entorno tal. Tomemos como ejemplo TVseries tan brutales como The Walking Dead o Juego de Tronos con su hipérbole sexual y violencia, que hace una década serían minoritarias son ahora Tops en la parrilla de TV para toda la familia, esto son ejemplos de ese plausible mundo futuro. Que tienen más que ver con el ‘Entetanimiento’ y la formación intelectual que con la deriva genética o de políticas familiares o raciales.
Bueno, quizás debo corregirme a mi mismo, pues la manipulación de la enseñanza es una forma de eugenesia.
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