Fernández, P., Bermejo, V.J. (2008), Rentabilidad de los Fondos de Pensiones en España. 1991-2008
(El texto puede descargarse en la página de Social Science Research Network)

En marzo de 2010 Celestino Corbacho, Ministro de Trabajo, comparecía ante la prensa, y era preguntado sobre el anuncio de un posible retraso de la edad de jubilación. Lo justificaba por los posibles problemas de la seguridad social en el futuro, pero se permitía ir un poco más allá. Entre otras cosas, recomendaba a los españoles que suscribiesen planes privados de pensiones para complementar la pensión pública, ¡tal como hacía él mismo!.
Esta no es una actitud nueva del gobierno español; ya hace muchos años que el propio Estado financia parcialmente que se complementen las pensiones públicas con pensiones privadas, haciendo que «desgraven». Si hacemos un poco de memoria, recordaremos que en los años ochenta el recetario que sacó de la crisis (llamada «del petróleo») a los países más desarrollados fue el neoliberal. Desde entonces todos los organismos económicos internacionales se dedicaron a recomendar a los estados medidas de privatización, y una recomendación generalizada era la de complementar las pensiones públicas de reparto.
No voy a entrar a valorar ahora si esta financiación pública de sistemas privados es coherente con la afirmación de que el sistema público no se sostiene (¿por qué entonces se resta recursos del sistema público?). Tampoco haré aquí consideraciones sobre la moralidad de recomendar a todos los ciudadanos que suscriban planes privados cuando de sobras es sabido que no todo el mundo dispone de los recursos necesarios para ello. O se hace obligatorio cotizar una parte en los planes complementarios (como han hecho otros países, especialmente los nórdicos) o se está fomentando desde el propio Estado un futuro sistema dual y discriminatorio, en el que los más pobres sólo tendrán pensiones públicas, escasas, y los más ricos tendrán las pensiones públicas altas y, además, las complementarias.
Lo que sí haré es señalar la mala suerte y la poca oportunidad de Corbacho al hacer estas afirmaciones, justo cuando ya empezaba a tener bastante difusión el artículo que aquí comento. El texto había sido resultado del trabajo de investigación de dos profesores del IESE Business School, de la Universidad de Navarra. Su equipo de trabajo realiza, como cosa habitual, análisis de rentabilidad de distintos productos financieros, y los fondos de pensiones fueron uno de ellos.
Lo que rebela este estudio es que los fondos privados de pensiones son un producto basura cuyos únicos beneficiarios han sido las entidades financieras que los gestionan.
Debe destacarse que el análisis prácticamente exaustivo de tales productos (unos 1200 planes de pensiones) se realiza hasta 2007, de modo que no se ve afectado por la caída generalizada de todas las inversiones a causa de la crisis. No es la crisis la que desvirtúa la utilidad de estos fondos, sino su escasísima rentabilidad, inferior a la que proporciona la simple compra de bonos del Estado (sólo 7 de los 1200 superaron esa rentabilidad en los últimos 10 años, y el 80% obtuvo una rentabilidad media anual inferior al 2%).
Debe destacarse igualmente que no estamos ante un trabajo de progres izquierdistas o contestatarios, sino de profesores de una escuaela de negocios. Los autores del artículo se guardan muy bien de pronunciar algunas palabras malsonantes, y no llaman a esto «estafa» en ningún momento, pero dejan muy claro que, además de la escasa productividad de las inversiones, uno de sus problemas son las elevadas comisiones que cobran sus gestores, muy por encima de las que se cobra por gestionar estos productos en otros países europeos.
En suma, el Estado español ha estado pagando (dejando de cobrar para desgravar estas inversiones y, por tanto, hipotecando aún más el dinero público que podría ir a asegurar las pensiones públicas) no para que sus ciudadanos mejoren su futura pensión, sino para que las entidades financieras manejen en su propio beneficio (y de forma bastante incompetente, además) el dinero de esos ciudadanos.
Corbacho hubiese hecho mejor en ahorrarse el comentario. Un par de años atrás hubiese pasado, pero no después de ser conocido este trabajo de Fernández y Bermejo. Te recomiendo muy mucho que lo descargues y leas por lo menos la síntesis que se hace en la primera página. El debate sobre las pensiones públicas o privadas en España no volverá a ser el mismo después de este trabajo. Es simplemente demoledor:
- Fernández, P., Bermejo, V.J. (2009), Rentabilidad de los Fondos de Pensiones en España. 1991-2008 IESE Research Papers (Nº D/819): 35 pgs.(El texto puede descargarse en la página de Social Science Research Network)
Puedes encontrar también un par de ecos de la noticia aquí:
- En Gurus Blog, de la Vanguardia.es
- En Informativostelecinco.com_economía
El desastre no acaba en 2008. Una conferencia de Pablo Fernández en marzo de 2010, comentada en el blog «bancos y cajas online», sigue mostrando que, a día de hoy, la dinámica es la misma.
Trabajo en la administración pública y concretamente gestionando pensiones de seguridad social. Hace unos años un conocido que es también funcionario pero de «La Caixa» (con unas retribuciones bastante mayores que las mias…) me comentaba que no podian competir con el sistema público de pensiones porque, por ejemplo, pagando una cuota al mes de menos de 200 euros ellos no podian luego, en solo 15 años de aportaciones, pagar una pensión de unos 400 euros al mes, como hace la seguridad social española.Realmente en ESpaña las pensiones son bajas (la media actual de Jubilación es de unos 800 euros…y mucho menos en invalideces y viudedades…) pero creo que el sistema está bien construido, aunque es verdad que necesita retoques urgentes, y que los ataques desde el neoliberalismo y los gabinetes de análisis económico han sido y son muy malintencionados y siempre en busca del beneficio propio, a costa de sembrar temor e incertidumbre entre los ciudadanos.
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