
“El infierno demográfico” contra el que Vox quiere luchar con una paga universal de 100 euros mensuales por hijo no existe. La propuesta, presentada en el Congreso de los Diputados el pasado día 19, pretende impulsar la natalidad, apoyada en el discurso del catastrofismo demográfico hacia el que supuestamente se aboca Occidente por el envejecimiento de la población. Pero la mayoría de demógrafos en España rechaza esta visión apocalíptica, basada en tópicos falsos como el “suicidio demográfico” o el “falaz” índice de fecundidad de reemplazo de 2,1 hijos por mujer».
Este es el contundente inicio del artículo de Patricia R. Blanco en ElPAÍS (25/02/2020), que comento a continuación. Si os interesa el asunto os recomiendo acudir directamente al artículo completo, en el que se recogen no solo mis opiniones, sino las de unos cuantos demógrafos más
El “infierno demográfico” de Vox no existe o por qué el índice de 2,1 hijos por mujer “es un tópico falso”
La mayoría de demógrafos en España rechaza la visión apocalíptica del partido de Abascal, que propone una paga universal de 100 euros por mujer para fomentar la natalidad
Patricia R. Blanco ha hecho, por una vez, lo que la prensa española parece costarle tanto, desde hace ya demasiados años: hablar sobre la situación demográfica con los demógrafos. Llevamos demasiado tiempo dando voz a instituciones de extrema derecha, ultranacionalistas o confesionales fundamentalistas, cuando se trata de demografía. El resultado es la extensión de un alarmismo estridente y etiquetas como «invierno demográfico», incluso «suicidio demográfico», tras las que no existe la más mínima comprensión o análisis técnico sobre la naturaleza del cambio demográfico que hoy experimenta la humanidad entera.
Hace muchos años que las fuentes periodísticas, lo sepan o no quienes redactan, están condicionadas por personajes como Michel Schooyans, impulsor de la etiqueta «invierno demográfico» (sacerdote y teólogo rabiosamente reaccionario, durante años artífice destacado de la doctrina social ultraconservadora del Vaticano, y hoy enfrentado al Papa Francisco, al que acusa públicamente de traidor) o como Alejandro Macarrón , consultor del PP y autor de «El suicidio demográfico de España» (otro creyente fervoroso, sin formación alguna en demografía, pero adoptado por medios como ABC o la COPE como el «mayor experto en demografía» de nuestro país). A ellos cabe añadir a quienes defienden y propagan la delirante teoría de «el gran reemplazo», según la cual existe una conspiración financiada por grandes fortunas diabólicas para sustituir la población europea blanca (aquí ya hablamos directamente de xenófobos y neonazis, similares a los que sostienen esas mismas ideas en el teutonismo y el racismo estadounidense de toda la vida).
En España, a estas lumbreras demográficas, hay que añadir el activismo constante del asociacionismo conservador y ultracatólico, que genera opinión y propaganda sobre la supuesta crisis demográfica mucho más allá de su peso real en nuestra sociedad e, incluso, en el propio catolicismo (asociaciones como las que supuestamente representan a las familias numerosas, Hazte Oir, Instituto de Política Familiar, Abogados cristianos, Fundación Renacimiento Demográfico, Asociación Católica de Propagandistas…). La prueba de que ni siquiera representan el sentir o la opinión de los propios católicos españoles es que muchas de ellas están infiltradas por la secta El Yunke, secreta y paramilitar. Si a ello se añade su intensa conexión, incluso su dependencia a menudo directa, con los partidos políticos más reaccionarios (véase el informe de Macarrón para FAES), se entenderá que la sociedad española ha estado recibiendo pura basura pseudodemográfica desde hace años, favorecida por una prensa que nunca tuvo más interés que el del mero impacto sensacionalista cuando se trataba de la situación poblacional del país, de Europa o de la humanidad entera. Ojalá el artículo de ElPaís sirva para empezar a equilibrar las perspectivas entre, por una parte, esta propaganda moralista, misógina, confesional y reaccionaria, y por otra el análisis y la interpretación que proporcionamos los que nos dedicamos a la demografía. De la demografía debería consultarse a los demógrafos (aunque no lo parezca, existimos, como profesionales, técnicos y científicos), en vez de poner el altavoz a ideólogos, políticos o teólogos.
- El natalismo y VOX
- Escándalo demográfico en el Senado
- El fundamentalismo suplanta la investigación científica
- El suicidio demográfico de España
- La muerte de Galicia
- Michel Schooyans, teólogo de la demografía
- Comisión pontificia sobre población, familia y natalidad, de 1963
- Ettore Gotti Tedeschi y el natalismo vaticano
- Le Pen y el cuento del invierno demográfico
- El Festín de Cronos y el invierno demográfico
- La decadencia de Occidente
- Ignacio Cosido y la demografía
- Las falacias eternas en demografía
- Origen de la expresión “envejecimiento demográfico”
- Matrices hastiadas y hembras feraces
- Demografía y posverdad
Música en ApdD:
Aquí se demuestra como no existen diferencias entre un periodista y un demógrafo. La ciencia se ha convertido en una herramienta política y subyugada a la cultura. ¡Qué triste!
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Gracias por escribir Enric, aunque sea para ningunear a quienes nos dedicamos a esto. Yo no haré lo mismo, pero tu comentario es un ejemplo magnífico de la opinión sin argumentar y con el único propósito de la descalificación. Opinas que no hay diferencia entre un demógrafo y un periodista, será que sabes mucho de demografía. Qué se le va a hacer. Un cordial saludo en cualquier caso.
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Es muy interesante su nota, además de ser, la demografía, una disciplina sobre la que los mortales, mantenemos una marcada ignorancia, para no mencionar los demás asuntos sobre los que también, aunque podamos simularlo más fácilmente.
Imagino, por otra parte, que a los reproductores de la falsa conciencia no les pasa inadvertida la diferencia entre debatir con usted los problemas demográficos de España o de cualquier otro sitio, que valerse de mí, que acabo de volver a consultar el significado preciso de la palabra, RAE mediante. En todo caso, me inclino por considerar que se trata de una apuesta razonada y congruente con el sostenimiento de la hegemonía, que se construye diariamente.
Adelante y gracias.
PS: Estupendo comentario, Jesús.
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Buenos días:
Hay que aprovechar todas las oportunidades para ir dejando píldoras de conocimiento. El problema es que son miguitas en una corriente fuerte, ancha y honda. EL PAÍS publicaba hace unas semanas, antes de epidemias y demás, un artículo donde explicaba cómo China se debilitaba (ese era el verbo) por una bajada de la natalidad y de la actividad industrial. Así, de golpe, pasaba de fuerte (hasta amenazante) a debilitarse.
Sin ir tan lejos, en las recomendaciones para ampliar sobre el tema de este artículo de la señora Blanco, hay un enlace al periódico Cinco Días, del mismo grupo editorial, con el inequívoco título «Un oscuro invierno demográfico de serias consecuencias para el futuro»
(https://cincodias.elpais.com/cincodias/2019/12/11/opinion/1576095015_173216.html?rel=str_articulo#1583169015551)
Como siempre que se puede, conviene echar un vistazo a los comentarios de los lectores. Ahí es donde uno se puede hacer una idea de “cómo está el patio”. Esa actitud de “a mí me van a decir estos expertos lo contrario de lo que ya sé porque para eso me fío de los expertos que me dan la razón a mí” es la que sustenta la venta de bífidus activo, ácido hialurónico, eones de tiempo gastados en “informativos” de televisión, votos subsecuentes, kilómetros cuadrados de papel para soportar la tinta de artículos, ensayos (o así) y novelas sobre la despoblación, noches de hotel y canapés para jornadas y congresos sobre el mismo tema…
La actitud de “yo no puedo estar equivocado”, multiplicada por millones, es la misma que la de aquel funcionario (creo que la historia la contaba Álvaro Cunqueiro) que, camino a una reunión en Italia, hizo una parada en Aviñón. Iba en coche, con chófer por supuesto, y con margen de sobra. Pasean por la ciudad y deciden visitar el castillo. Allí les cuentan la historia del lugar y cómo, en el siglo XIV, siete Papas vivieron allí y no en Roma. Al salir el sujeto protagonista del cuento le comenta al chófer: “Qué interesante la visita y lo que nos han contado. Aunque yo creo que es mentira, que es un cuento para los turistas, porque, si fuera verdad, ¡todo esto se sabría!”
Saludos
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